En Cinta Sábado, 10 septiembre 2016

TIFF 2016: Asghar Farhadi vuelve a enfrentar a una pareja a complejos dilemas morales en «Forushande»

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Imagen: Farhadi Film Production

Imagen: Farhadi Film Production

Escribe: Alberto Castro (@mczorro)

Con «Forushande», Asghar Farhadi regresa a la Irán natal que había abandonado con su anterior producción, «Le passé», grabada en Francia. Y también vuelve a retratar a un matrimonio enfrentado por eventos desafortunados, que devienen en complejos dilemas morales, más aún en una sociedad tan religiosa como la de Teherán, un núcleo que ya había explorado en aquella obra maestra suya titulada «Una separación». En esta ocasión, una pareja de actores de teatro ve su matrimonio colapsar tras la violenta irrupción de un desconocido en el departamento al cual se acaban de mudar, un suceso no del todo esclarecido, pero que tiñe de dudas al esposo, quien cree que su mujer fue violada en el incidente, algo que también creen sus nuevos vecinos.

Es así que esta película nos habla sobre ese qué dirán que puede contaminarlo todo, incluso cuando se basa en suposiciones, entredichos, y pistas falsas. Un notable Shahab Hosseini en el papel de Emad, el esposo en cuestión, se debate entre la compasión por su mujer y la repugnancia que le provoca saber que otro hombre pudo haberla poseído. Taraneh Alidoosti en el papel de Rana, la esposa víctima del incidente, debe enfrentarse no solo al rechazo asolapado de su esposo, sino a una sociedad que, más que como víctima, la ve como un ser que ha perdido su dignidad, aunque haya sido involuntariamente. De muchas formas, este incidente empieza a envenenar cada rincón de cotidianidad de la pareja, cada conversación y comida que consumen, cada decisión que hay que tomar hacia el futuroMientras más avanza el relato, se exploran temas como la justicia y la reconciliación, confundidas con la venganza y el olvido, tan superpuestas y tan contradictorias a la vez.

Si bien «Forushande» se maneja en un código realista de largos planos secuencia y extensísimos diálogos, la cámara nerviosa más bien nos plantea un filme de suspenso en el que cada revelación augura lo peor. Se respira muerte y decadencia mientras más nos acercamos al final, cuando regresamos al departamento que habían abandonado en la primera escena de la película. Y es que el motivo de la mudanza de la pareja es que ese edificio estaba agrietándose, cayéndose a pedazos, por una construcción aledaña. Se trata de la perfecta metáfora de un matrimonio que se estaba cayendo a pedazos desde mucho antes de que los protagonistas se enteraran.

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