En Cinta Miércoles, 10 febrero 2016

¡¿Cómo que «Deadpool» será para Mayores de 14?! Sobre la clasificación de las películas en nuestro país

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No queremos bebés llorando en nuestra sala cuando vayamos a ver «Deadpool», por favor. Imagen: Kid 101

Escribe: Alberto Castro (@mczorro) y Vladimir Soriano Galarza*

Vamos a empezar dejando algo claro: la clasificación de las películas es todo un lío. Aquí y en todo el mundo. Lo que algunos pueden considerar inapropiado, para otros es normal. Ciertas personas le temerán más a los aspectos sexuales, otros a la violencia. Para algunos necesitamos urgentemente un sistema de clasificación (uno que se cumpla, por cierto), mientras para otros es un acto de pacatería y conservadurismo (y un paso más cerca de la censura). Mientras «50 Sombras de Grey» fue clasificada como Restringida en los Estados Unidos, en Francia recibió apenas un Mayores de 12. Mientras «Kingsman: El Servicio Secreto» se estrenó como Restringida en los Estados Unidos, a todo Latinoamérica llegó censurada (y todo por una escena violenta dentro de una Iglesia).

Cada uno va a tener un punto de vista distinto sobre este tema, pero creíamos pertinente explicar un poco cómo es que funcionan las clasificaciones de edad en nuestro país y si tienen algún asidero legal. Al final, ¿quién decide? ¿Los cines, las distribuidoras? ¡¿Acaso la Ley de Cine dice algo al respecto?! Vamos por partes.

Aguanta, ¡¿cómo que «Deadpool» ya no será para Mayores de 18 sino para Mayores de 14 en nuestro país?!

Imagen: Facebook.

La cadena Cinemark confundió a todos con esta imagen y desató la polémica. Imagen: Facebook.

Ayer martes, la cadena Cinemark anunció muy entusiasmada que «Deadpool», la película del anti-héroe más excéntrico de Marvel, se iba a estrenar ya no como Mayores de 18 (identifiquen la gran X que hacen sobre el número), sino que llegaría con la clasificación de Mayores de 14. Pensaron, equivocadamente, que al decir que ahora la gente menor de edad podría verla, todos estarían más contentos. Pues metieron la pata hasta el fondo, porque los fanáticos más acérrimos del personaje al toque empezaron a protestar por una posible censura.

¿Por qué? Primero, porque el director Tim Miller ha dicho por todos lados que renunció a un presupuesto de seis cifras (se quedó con 58 millones, monto bastante bajo para una película de superhéroes) para poder hacer la película que él quería, con todas las obscenidades y violencia gráfica característica del personaje. Y segundo: porque daban a entender que en algún momento la película fue para mayores de edad y que por algún extrañísimo motivo ahora sería para adolescentes (lo cual no es cierto, pero es fácil entender la confusión que desató el problema de comunicación de la cadena).

Ante el escándalo, la oficina de la 20th Century Fox en el Perú anunció oficialmente que tendremos en cartelera la misma versión norteamericana de la película, sin censura; se mantendrá una clasificación de mayores de 14, pero sin posibilidad de que la gente menor de ese límite de edad pueda ingresar a los cines.

Oye, ¿pero acaso «Deadpool» no se estrenará con la clasificación Restringida (R) en los EEUU?

Imagen: Andrew Sebastian Kwan

Sexo y violencia, ¡yay! Imagen: Andrew Sebastian Kwan

Claro que sí y, aunque no lo creas, es casi casi lo mismo. Aquí te explicamos clarito el sistema de clasificación oficial de los EEUU, ejercido por la Motion Pictures Asociation of America (MPAA). Todas las películas que deseen ingresar al circuito comercial norteamericano deben ser sometidas a una evaluación de este organismo que le designará una de las siguiente 5 clasificaciones:

  • G (Público en general): Apto para todos, con todas sus letras.
  • PG (Guía paterna): Recomienda que los padres de familia estén presentes para orientar a los más pequeños. Las cintas animadas y familiares se concentran en estas dos primeras categorías.
  • PG-13 (Menores de 13 en compañía de un adulto): El grueso de los blockbusters se concentra aquí.
  • R (Menores de 17 en compañía de un adulto): La clasificación que se empieza a poner de moda para atraer a una población más adulta.
  • NC-17 (Solo para adultos): Ningún menor de 17 años puede ingresar al cine, con o sin padre de familia.

Es así que «Deadpool» es una película que los menores de 17 deben ver en compañía de un adulto, algo que puede ajustarse al Mayores de 14 restringido que quieren aplicarle por aquí.

Imagen: Collider.

Sí, la MPAA también le mete mano a los afiches. Imagen: Collider.

Estas clasificaciones no son tomadas a la ligera por los estudios, ya que deben ser acatadas de manera obligatoria tanto por los cines como por el público, algo que definirá el devenir comercial de una película. Conviene estar en las tres primeras categorías, y si una película se arriesga por el R, más le vale invertir poco porque su público también se reduce. La clasificación NC-17 es la más temida de todas, porque muchos cines rechazan exhibir películas de este tipo (un pequeñísimo porcentaje de salas en todo el país proyectan este tipo de películas).

Y, evidentemente, la MPAA está lejos de funcionar de forma perfecta. Los estudios ya aprendieron a sacarle la vuelta al sistema, cortando algunos planos por aquí y otros por allá. (Literal: pueden dejar algunas escenas intactas, pero con que no se vea un impacto de bala a cuerpo, por ejemplo, ya lo hace menos violento para la MPAA).

Captura Youtube.

Fijo has visto esto antes de los trailers de las películas, cortesía de la MPAA. Captura Youtube.

El sexo es el más temido: una película como «Blue Valentine» recibió el temido NC-17 por sugerir sexo oral de un hombre a su mujer; tuvieron que apelar a una decisión que llamaron ‘sexista y misógina’, hasta que la MPAA le bajó su clasificación a R. «Shame» llevó su clasificación NC-17 como medalla de honor, gracias a la cual (por el morbo) logró ser un relativo taquillazo para el tipo de película que era. Y si nos vamos al otro extremo, mientras «Toy Story 3» recibía al toque una clasificación G, «UP» tuvo que contentarse con un PG. Pero, ¿no son igual de inofensivas? Para que vean.

Al final todo se basa en las subjetividades de un comité que decide qué tan familiar o nociva es una película para el público. Aquí otros sistemas de clasificación de edad en el mundo.

¿Qué dice la Ley de Cine en nuestro país al respecto?

Todos conocemos las tres clasificaciones que encontramos al lado de los títulos de las películas cuando vamos al cine: Apta para Todos, Mayores de 14 y Mayores de 18 (la cual casi NUNCA aparece). Con una excepción: la cadena Cinépolis se ciñe a la clasificación mexicana por letras (y nos cuentan que son bastante estrictos con el tema).

Pero, aunque no lo creas, la Ley de Cine vigente NO DICE NADA DE NADA (DE NADA) sobre la clasificación de edades de las películas en nuestro país. Solo hay una mención al tema en una ley anterior que le encomendaba la tarea a una…

Junta de Supervigilancia de Películas

Imagen: Arkiv Perú

«Star Wars» se estrenó con clasificación de Apta Para Todos en su momento, dato que debía ser incluido en su propio afiche. Imagen: Arkiv Perú

Aunque suene a una antigua alianza de superhéroes, ese era el nombre del organismo que clasificaba las películas y autorizaba su exhibición, según el Decreto de Ley 20574 del 9 de abril de 1974, de mano de Juan Velasco Alvarado. La junta estaba integrada por:

    1. Tres representantes de la Oficina Central de Información, uno de los cuales lo presidirá;
    2. Un representante de los Ministerios del Interior, de Relaciones Exteriores y de Educación, respectivamente;
    3. Un representante de la Fuerza Armada; y,
    4. Un representante del Consejo Episcopal Nacional (en la página 23)

En 1981, durante el segundo gobierno de Fernando Belaunde Terry, se estipuló una serie de multas por incumplir este reglamento.

Esto ha ido cambiando con el paso del tiempo, hasta desaparecer en la última Ley de Cine.

O sea, ¿el marco legal actual no contempla la clasificación de las películas?

Imagen: Lima en Escena.

Imagen: Lima en Escena.

No. La Nueva Ley de Cine 26370, promulgada en octubre de 1994, durante el gobierno de Alberto Fujimori, no contempla la clasificación de edad (y, en realidad, ni se mete mucho en la distribución y exhibición de películas).

Esta es la ley que está vigente el día de hoy (la misma de Fujimori, con modificaciones).

Entonces, ¡¿cómo es que funciona la clasificación de películas en nuestro país?!

De forma informal, básicamente.

Digamos que la clasificación gringa sirve de guía para los distribuidores, los cuales la pasan como recomendación a los cines. Estos últimos son los que tienen la potestad de decidir, básicamente. ¿Por qué? Fácil pues, porque la ley no dice nada al respecto. Es más, a veces se darán cuenta que cada cadena de cine opta por una clasificación diferente.

Tres categorías para todas las películas:

  • Apta para todos: Para todas las películas animadas y familiares. Las de Cachín también han entrado por aquí.
  • Mayores de 14: Casi TODOS los blockbusters, desde los PG-13 hasta los R. Clasificación ambigua por el gigantesco rango de edades que agrupa.
  • Mayores de 18: En los últimos años, solo recuerdo haberlo visto aplicado en «Shame».
Imagen: UVK Multicines.

La más reciente película de Lars von Trier se estrenó sin censura, solo con permiso de ingreso para mayores de edad. Imagen: UVK Multicines.

Bueno, al menos hay una ‘especie’ de reglamento, ¿no?

En realidad no, porque al final, a la hora de la hora, la decisión de venta de entradas e ingreso a salas suele ser bastante arbitraria. Un padre de familia puede argumentar su supervisión y meter a un menor de edad o a un bebé a una función de Mayores de 14. O los cines pueden hacerse de la vista gorda y venderle entradas a menores de edad para que vean cualquier cosa. (Y para vender más entradas, ¿no?).

Al final, los perjudicados son aquellos adultos que pagan por una entrada para ganarse con un concierto de llantos o correteos entre butacas. Y el cine que se defiende diciendo que «no podemos hacer nada al respecto: si la gente viene con sus bebés, no podemos decirles que no pasen».

Y hay mucho de desinformación en estas decisiones de compra, claro está: recuerdo clarito cómo en una función de «El Laberinto del Fauno» habían hartos niños luego de que los padres pensaran de que se trataba de una colorida aventura de criaturas fantásticas, cuando en realidad es un sórdido retrato de la Guerra Civil.

De frente a INDECOPI, entonces

Imagen: Expreso.

Imagen: Expreso.

Aquí nos chocamos con un muro más, nuevamente por la falta de marco legal sobre el cual apoyarse. Conversamos con una persona dentro del instituto y nos dijo que:

  • El cine puede negarle el ingreso a un menor de edad a una película con restricción, aún si está con su padre, si es que la información está disponible de antemano en el establecimiento (y todos sabemos que las clasificaciones están siempre en la cartelera).
  • Pero el padre de familia puede exigir que el cine le venda una entrada (por más paradójico que suene, todo es culpa de la ausencia de marco legal) y si se le niega, puede reclamar ante INDECOPI.

En el segundo hipotético, INDECOPI tendría que revisar la película en cuestión y ver si la restricción es la adecuada o si el cine ha abusado del cliente. ¿Saben cuántos de estos casos ha revisado INDECOPI hasta el momento? NINGUNO. Porque los clientes no reclaman o porque los cines finalmente dan su brazo a torcer y venden las entradas, a pesar de la restricción. El encontrarnos con tantos niños revoloteando en películas para mayores nos hace inclinarnos por esta segunda opción.

A menos que seas una película peruana: recordemos que en el 2011, la directora Rosario García Montero denunció que la cadena Cineplanet no permitió que Fátima Buntinx (de 9 años entonces) pudiera ver su propia película, «Las Malas Intenciones», aduciendo que era para Mayores de 14. El Ministerio de Cultura tuvo que intervenir en esa oportunidad. “No dejan entrar a niños a mi película, pero sí a otras en que hay escenas sangrientas”, comentó la directora en su momento.

¿La solución?

Imagen: El Comercio.

Imagen: El Comercio.

Como pueden notar, no se trata de un tema sobre el cual se pueda plantear una solución tan fácilmente. Se necesita debatir al respecto: hay que combatir la censura, pero es necesario empezar a plantear parámetros de consumo. Las cadenas de cine deberían fomentar la entrega de información necesaria al consumidor, ya que éste muchas veces no sabe exactamente a lo que se mete. Y los consumidores mismos deberían interesarse más en saber qué es lo que van a ver.

Paralelo a la MPAA, hay otros sitios en internet que permiten a sus usuarios dar sus propias opiniones sobre las películas y a qué edad corresponden: Common Sense Media es un ejemplo ideal. Pueden revisar también la sección Parent’s Guide que ofrece IMDB.

Y tratar de descifrar desde qué momento es adecuado llevar a un bebé o niño pequeño al cine: cada caso será diferente, depende qué tanto cada padre sepa que puede controlar a su hijo. (YAPA: aquí un ejercicio para determinarlo).

En el caso extremo, considerando que no hay cambios de legislación ni pronunciamientos de los cines a la vista, hay que adaptarse y evitar cometer los mismos errores de los que nos quejamos.

Ah, y a cruzar los dedos para que en las funciones de «Deadpool» no nos encontremos con menores de edad. Por las chimichangas.

*Con información de Kathy Subirana

En Cinta

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