En Cinta Jueves, 21 septiembre 2017

Cineaparte es la primera plataforma digital de pago para ver películas peruanas desde tu casa

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Entrevista de: Alberto Castro (@mczorro)

Desde hace un par de años, Cineaparte opera como una guía digital del cine que se hace en el Perú, ofreciendo una completa base de datos de películas y personal técnico y artístico que labora en el cine nacional, además de registrar su paso por la cartelera comercial y su presencia en festivales de cine en el extranjero.

Hace unos meses decidieron dar un paso más en sus ánimos de difusión del cine nacional y se convirtieron en la primera plataforma digital de pago dedicada exclusivamente al cine peruano (streaming o VOD). Es decir, uno puede ver y descargar películas peruanas de forma legal, desde la comodidad de su casa y pagando con tarjeta de crédito. El catálogo actual incluye títulos como «El limpiador» de Adrián Saba, «Chicha tu madre» de Gianfranco Quattrini, «Viaje a Tombuctú» de Rossana Díaz Costa y «La hora azul» de Evelyne Pegot-Ogier, con la idea de que cada vez se sumen más títulos. Además, cuentan con un catálogo gratuito de más de 60 largometrajes y casi un centenar de cortometrajes peruanos.

Tuve la oportunidad de conversar con Rafael Abarca Torres, fundador de la iniciativa, quien me contó más sobre este modelo de distribución alternativa que podría ayudar, sobre todo, a aquellos títulos que sufren para encontrar vida en salas comerciales, las cuales muchas veces ni les abren las puertas.


«El limpiador», ópera prima de Adrián Saba, es una de las películas peruanas que se pueden ver online.

¿Cómo es que deciden crear Cineaparte? ¿Cómo ha ido creciendo y cambiando su acercamiento al cine peruano?

Cineaparte nace de notar un vacío en la distribución de cine nacional; exceptuando el cine más comercial, hay muy pocas ventanas para que los realizadores independientes encuentren a su público. Pero había que empezar por algo sencillo y realizable, así que nuestro primer objetivo fue reunir todas las películas peruanas (cortos y largos) que estaban libres y legales en internet, normalmente subidas por sus propios directores o productores, y darles un contexto, es decir, especificar el director, personal técnico y artístico, y más. Luego de unos meses dimos un siguiente paso y empezamos a ir en busca de las películas, sin esperar que aparezcan liberadas en internet: para esto conseguimos nuestro propio servicio de vídeos, y así fuimos mejorando nuestra infraestructura y conocimiento para conseguir desarrollar ahora nuestro servicio de pago de vídeo bajo demanda (VOD).

Por la vocación que tiene, a este servicio le hemos llamado Filmotaca Digital Peruana, que incluye tanto el contenido de pago como el gratuito. Pero Cineaparte está construída como una plataforma más amplia, no solamente de video. Gracias a eso podemos ahora mismo ofrecer, por ejemplo, información de cartelera comercial y alternativa, y presencia peruana en festivales, e ir creciendo de acuerdo a lo que nuestros usuarios sugieran o veamos que les pueda ser útil.

El gran problema del cine peruano, en este momento, es su distribución y exhibición. ¿Cómo deciden proponer una plataforma de VOD?

Ha sido de manera natural llegar a una plataforma VOD, cuando partes del objetivo de reunir películas que se encuentran libres. No ha sido una decisión basada en un estudio de mercado, es más bien algo intuitivo. Podría considerarla como una inquietud personal de conocer más y apoyar al cine peruano, reforzada por las tendencias actuales en el desarrollo de tecnología, que proponen (dicho muy resumidamente) crear un producto sencillo a partir del cual puedes iterar hasta conseguir un producto final y rentable.

¿Ha sido fácil negociar con los cineastas y productores o tienen reparos al respecto? ¿Qué títulos podríamos esperar pronto,a demás de los ya incluidos?

Más que tener reparos, lo que tienen es poco tiempo, ya que en la mayoría de casos ellos son productores, directores y distribuidores de sus películas, pero también se dedican a otras actividades para vivir, y además son productores, directores y distribuidores de sus siguientes proyectos o de otros. Y claro, no somos Netflix como para acaparar la atención con el primer mensaje, hemos tenido que insistir un poco y ser pacientes para conseguir las películas, pero cuando ya hemos puesto en marcha el servicio, todo ha avanzado de forma más fluida, nos tienen más confianza y nos tienen un poco más presentes. Lo que acabamos de lanzar es de acceso gratuito. Se trata de los tres primeros largometrajes de Chicho Durant: «Ojos de perro», «Malabrigo» y «Alias La Gringa». No se trata de versiones restauradas ni mucho menos, pero pensamos que son valiosas en sí mismas y la gente va a apreciar tenerlas disponibles en internet. Tenemos también algunos documentales de pago que acabamos de ingresar: «Gardemia» de Sofía Álvarez, «El fin de la vida» de Sergio García Locatelli y «La danza de zorzal» de Omar Sapaico.

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«La hora azul» de Evelyn Pegot-Ogier ruvo un accidentado paso por nuestra cartelera local. Ahora podemos verla en Cineaparte.

Desde el último Cannes, se encendió una polémica en torno al streaming y su enfrentamiento con la exhibición tradicional. ¿Qué opinan al respecto?

Es un momento muy interesante en la historia para los que estamos interesados en el tema. Yo lo que hago es mirar lo que ha pasado en la industria musical e intento saber qué va a pasar en el cine. Después de pelearse con la distribución por internet y rechazarla, las grandes compañías discográficas tuvieron que aceptar iTunes y luego asociarse con Spotify, obtener sus grandes ganancias de las presentaciones en vivo, dejando los conciertos medianos y chicos para los artistas independientes, resucitar el vinilo para obtener mayores márgenes en la venta de música, etc. No se puede hacer un paralelo exacto, pero esto me ayuda a convencerme de que la exhibición tradicional estará orientada al cine como espectáculo, en salas cada vez más grandes y con entradas más caras, como los IMAX de ahora; las otras películas, independientes, de autor o para pensar, pienso que tendrían su propio tipo de sala o complejo, desde centros culturales (como el CCPUCP) hasta cosas hermosas como el Bell Lightbox en Toronto. Ya se está tomando el streaming como opción real, como lo ha anunciado Disney creando su propia plataforma, y claro, resucitar la proyección con películas de 35mm (o 70mm), como fue el caso de «Dunkirk», es parte de la estrategia para ofrecer algo que el streaming no puede.

Pero por otro lado, pienso que de quien hay que esperar más sorpresas es del lado de las empresas digitales. A Amazon y Netflix les ha dado resultado la estrategia de crear su propio contenido, pero no creo que se queden ahí. En teoría, estas empresas, al ser jóvenes y relativamente pequeñas, tienen más capacidad de adaptarse al cambio. Por ejemplo, si Amazon en su negocio de venta al por menor ya tiene tiendas físicas, ¿por qué no pensar que Netflix entre al terreno de la exhibición tradicional de alguna forma?

¿Cómo ven el cine peruano en este momento? Tanto desde su performance en cartelera y taquilla, como en su nivel técnico y artístico.

Más o menos concuerdo con lo que se viene diciendo del tema, que la calidad técnica ya no es un tema, que el problema suele estar en la distribución (en el caso de las películas independientes) y en el guión (en el caso de las películas más comerciales).

Trataré de decir cosas que creo que no se han dicho. Pienso que está bien que existan 2 o 3 empresas que hagan hits de taquilla, sobre todo porque me parece intuir que estas empresas, película a película, están tratando de hacer las cosas cada vez mejor. Mantienen la fórmula en ciertos aspectos, pero intentan cambiar, a veces sin éxito y es verdad que demasiado lento para el gusto de muchos, otros elementos en sus proyectos. También pienso que, tal vez por el tamaño de la industria (por llamarlo de alguna forma) audiovisual en el Perú, la crítica de todo tipo llega, y muy rápido, a oídos de los criticados. No sé si esto pasa en otros países, pero hay un diálogo ahí, a veces tenso, que pienso que es útil.

Algo que temo del éxito de las películas peruanas más taquilleras es que a la gente le podría estar gustando porque se ven retratados, pero de manera muy maquillada, como los selfies con el efecto de embellecedor al máximo que ves por todos lados ahora. Personajes de clase media viviendo en departamentos de lujo, paseando por parques perfectos y calles impecables. Parece que la mayoría de gente no quiere verse realmente en el cine; aunque por otro lado tienes películas regionales (que normalmente tratan temas muy familiares para su público, y con una puesta en escena completamente natural) que tengo entendido funcionan muy bien comercialmente en sus propias ciudades. O una película como «Gloria del Pacífico» (pura realidad), que lleva dos años llenando salas en Lima y en el interior del país.

¿Qué tan necesaria es la Nueva Ley de Cine? ¿Qué consideran que debería incluirse en ella, también para este nuevo mercado digital que está surgiendo?

El anteproyecto que dio a conocer DAFO este año menciona una sola vez el tema de las plataformas digitales de exhibición de cine, y por el contenido del artículo se deduce que se refiere a las plataformas digitales basadas en el extranjero. Al parecer, no se consideró en ese momento la posibilidad de que exista un emprendimiento local de este tipo, cuando hasta donde yo sé hay dos proyectos más de plataformas similares en desarrollo. Pienso que este tipo de emprendimientos digitales podría entrar, por el momento, en lo descrito en el artículo titulado «Fomento de las salas de arte y ensayo, las cinematecas y los cineclubs» y tener la posibilidad de recibir ayudas para su funcionamiento y crecimiento. Por ejemplo, el Ministerio de Cultura de España a través del ICAA (Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales) ha dado fondos a una plataforma como Filmin, que aunque muy popular en su país, sigue necesitando ayudas del gobierno para poder seguir adelante.

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