En Cinta Domingo, 11 junio 2017

Conversamos con Anne Fontaine, reconocida directora francesa que ha llegado a nuestro país para el Festival Al Este de Lima

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La reconocida realizadora francesa Anne Fontaine está en nuestro país como invitada de lujo del Festival Al Este de Lima. Foto: Midchel Meza.

Entrevista: Alberto Castro (@mczorro) / Retrato: Midchel Meza (@midchelmeza)

La francesa Anne Fontaine empezó a actuar cuando tenía 18 años, pero muy rápidamente se dio cuenta de que no era lo suyo: no le gustaba que le dijeran qué hacer y que la encasillaran en un mismo tipo de papel. Ella necesitaba contar sus propias historias, hablar sobre aquello que le interesaba, hacer lo que quería, y para ello debía tomar el control. Fue así que en 1993 dirigió su primer largometraje y muy pocos años después, en 1997, llegaría el primer gran reconocimiento: recibió el premio al Mejor Guion en el Festival de Venecia por su trabajo en «Dry Cleaning». Y desde entonces solo logros y reconocimiento internacional, con títulos que han desfilado por los festivales de Locarno, San Sebastián, Cannes y Sundance. Se ha convertido en una figura reconocida del cine europeo por su complejo tratamiento de la psicología de sus personajes, una mujer se ha hecho su lugar en una industria aún dominada por hombres.

Gracias a la 8va edición del Festival Al Este de Lima tenemos el placer de tenerla en nuestro país y yo tuve el gran honor de poder conversar brevemente con ella.

EL DATO: Su última película, «Las inocentes», ganadora del premio de la crítica internacional del Festival de Valladolid, ha llegado en calidad de estreno gracias a este certamen y podrán verla el próximo sábado 17 de junio a las 7:45pm en el Centro Cultural de la Católica.


"Las inocentes" es la más reciente película de la realizadora francesa, una con la que concursó en el Festival de Sundance del año pasado.

«Las inocentes» es la más reciente película de la realizadora francesa, una con la que concursó en el Festival de Sundance del año pasado.

¿Cómo eliges qué historia contar en cada una de tus películas?

Cada vez es algo diferente, pero lo más importante siempre es la condición humana, la humanidad de cada historia, la posibilidad de sentirse diferente cuando termina la película, de haber cambiado, tanto como realizadora como espectador. He hecho muchas películas muy diferentes entre ellas. “Las inocentes”, por ejemplo, que es la última película que he hecho, es una historia basada en hechos reales, sobre soldados rusos que embarazaban a monjas en un convento, una situación que sentía que era tan intensa e interesante que debía ser una película: me fascinaban sus preguntas sobre la fe y sobre la maternidad. Para mí importa la psicología de los personajes: ya sean hombres o mujeres, porque los he tenido de ambos sexos, aunque hayan personas que crean que porque soy mujer debería tener protagonistas mujeres y nada más.

Sé que no estás de acuerdo con la idea de que existe un cine femenino.

Para nada, me parece estúpido. Es como pensar que existe un cine gay o un cine heterosexual: para mí las mujeres pueden ser buenas o malas directoras, tal como los hombres. Para mí lo importante es cómo un director transmite su sensibilidad humana, sin género y sin importar qué historia cuenta.

En todo caso, hay directores buenos y malos.

Así es, directores más o menos interesantes.

Pero sí hay algo innegable: son menos las mujeres que trabajan en la industria cinematográfica que hombres.

Tienes razón y sé que es algo que aún se repite en gran parte del mundo. Debo decir que tenemos la suerte de que en Francia hay una nueva generación importante de cineastas mujeres: todavía no es mitad mitad, pero sí un porcentaje considerable. Cuando yo empecé en el cine hace 18 años era diferente, mucho menos. Lo bueno es que en Francia tenemos leyes que protegen el cine, y esto favorece a hombres y mujeres. El cine siempre ha sido una industria muy cara, porque cuando haces una película no eres un artista que trabaja solo en su habitación: tienes que pelear para conseguir dinero. Y antes, los productores le tenían mucha menos confianza a la mujeres, porque sentían que no podían hacer todo tipo de cine. Es algo que está cambiando, pero sigue siendo un tema: este año estuve en el Festival de Sundance y todos los periodistas que me entrevistaron me preguntaban sobre qué significaba ser una mujer directora. Y yo les decía: no sé, ¡es mi vida, es lo que hago! Pero entiendo que siguen preguntándolo porque la situación no se ha balanceado aún.

En el 2009 dirigió "Coco avant Chanel", biopic de la diseñadora protagonizado por Audrey Tautou.

En el 2009 dirigió «Coco avant Chanel», biopic de la diseñadora protagonizado por Audrey Tautou.

Tú fuiste una actriz antes de ser directora…

Sí, por un corto tiempo, entre mis 18 y mis 24 años.

Y como actriz debiste sentir lo mismo: había un prototipo de personaje seleccionado para las mujeres.

Sí, claro, y para mí eso no era posible. Porque los productores piensan que uno tiene un mismo estilo de personaje y solo puede interpretar eso. Me pasaba que muchos directores me querían en sus películas, pero a mí no me gustaba el papel que me ofrecían. Y una como actriz no puede decidir qué es lo que quiere hacer, a menos que seas una gran estrella. Entonces preferí decidir qué historias quería contar y me volví directora. Esa breve experiencia en la actuación me sirvió para comprender a los actores y su fragilidad, saber qué cada uno tiene una personalidad diferente y que hay que saber escogerlos, porque hay buenos actores, pero no necesariamente son los ideales para determinados personajes. Yo soy una autodidacta, nunca fui a una escuela de cine, sino que aprendí haciendo. Uno tiene que ser muy valiente para atreverse a hacer una película, porque es muy difícil.

¿Qué directores y películas han influido tu trabajo?

Durante toda mi infancia viví en Portugal y no habían muchas películas francesas por ahí en ese entonces. Recuerdo haber visto “El exorcista” y muchas películas norteamericanas. Así que no tuve una formación clásica de ver películas. Fue cuando me mudé a Francia que empecé a nutrirme: Ingmar Bergman fue una figura muy importante para mí, “Persona” me marcó mucho, porque es un director muy interesado en el alma humana y los misterios de la humanidad, algo que hace que uno pueda ver sus películas en cualquier momento y funcionan como un libro clásico de Proust o Flaubert. Woody Allen también me ha inspirado, de otra manera, porque puede transmitir lo absurdo de la vida, de forma graciosa e inteligente. Recuerdo también “Opening Night” de John Cassavetes, porque Gena Rowlands me parece una increíble actriz. Creo que depende del momento de mi vida para que los directores y las películas me hablen de forma diferente.

¿Y qué directores más recientes te gustan?

Me gusta mucho la neozelandesa Jane Campion, me parece una extraordinaria directora. También el trabajo de Paul Thomas Anderson y el cine del iraní Asghar Farhadi.

Anne Fontaine dirigiendo una escena de "Las inocentes".

Anne Fontaine dirigiendo una escena de «Las inocentes».

¿Qué opinas de las nuevas tecnologías y los servicios de streaming que están haciendo que muchas películas ya no se vean en pantalla grande sino directamente en internet?

Yo creo, con mucha pena, que muchas veces los directores no eligen ese camino, sino que tienen que hacerlo porque es muy difícil que exhiban sus películas en cines. Hoy en día se estrenan entre 13 y 20 películas en un mismo día en Francia y muchas de ellas solo se quedan una semana en cartelera, para luego irse a la televisión o formatos caseros. Esa es la realidad, es difícil mantenerse mucho tiempo en cines, porque es tan competitivo y se estrenan tantas películas. Yo felizmente tengo la suerte de poder aun estrenar películas en pantalla grande, pero muchos directores ya no tienen la opción. Podemos luchar contra eso, pero es hacia dónde vamos. Yo, por ejemplo, no veo películas online. Y si tengo que ver películas en DVD, las tengo que ver en pantallas de televisores grandes, porque la experiencia no es la misma. Yo soy optimista y creo que el cine va a sobrevivir, a pesar de que muchos digan que va a desaparecer con el tiempo. Y creo que los directores jóvenes van a encontrar la manera de no depender tanto de la distribución.

¿Te consideras una persona nostálgica, en ese sentido?

No nostálgica, pero creo que hay que defender aquello en lo que crees. Y creo que las dificultades del mundo moderno pueden darnos nuevas ideas. Yo he tenido la suerte de ser libre, hasta ahora: hago las películas que quiero, nadie me dice qué tengo que hacer. Y tengo la dicha de que mis películas se vean en muchas partes del mundo, algo que jamás hubiera imaginado. Por eso, estoy agradecida.

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