En Cinta Miércoles, 31 agosto 2016

«Hannibal» fue una exquisita experiencia televisiva, gracias a la irrepetible libertad creativa de la que gozó

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Imagen: NBC

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Escribe: Rubens Juárez (@rubensyyo)

La serie de televisión «Hannibal» (2013 – 2015) nos ofrece una grandilocuente interpretación del personaje nacido en los libros de Thomas Harris, los cuales fueron llevados al cine en cinco ocasiones: «Manhunter» (1986), «The Silence of the Lambs» (1992), «Hannibal» (2001), «Red Dragon» (2002) y «Hannibal Rising» (2007).

El encargado de reescribir la historia del caníbal más famoso del mundo fue el guionista y showrunner Bryan Fuller, quien es el creador de series como «Dead Like Me» (Showtime, 2003-2004) y la ganadora de cinco Emmys, «Pushing Daisies» (ABC, 2007-2009). También trabajó para series como «Heroes» (NBC, 2006-2010), donde escribió el capítulo Company Man, considerado en la lista de los 100 mejores episodios de la historia de la televisión. La firma de Fuller es crucial porque la versión televisiva de «Hannibal» es todo menos convencional. La cadena NBC le dio su voto de confianza y pudo llevar el género gótico a la televisión abierta, sin reparos ni velos difusores para toda esa brutal, devoradora y reveladora miseria que lleva consigo el lado más oscuro de la naturaleza humana. Pues es eso mismo lo que representa “Hannibal” para Fuller: un incómodo y escalofriante descenso hacia los infiernos.

Un rostro nuevo para el caníbal

Imagen: NBC

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Mads Mikkelsen, el danés ganador del premio al Mejor Actor en el Festival de Cannes por «Jagten» (The Hunt, 2012), toma la posta del personaje y, en lugar de imitar a Anthony Hopkins (el rostro de Hannibal en el imaginario popular), toma la recomendación de Fuller y decide no interpretar a un psicópata, sino al mismo demonio. Es así que el personaje adquiere un aroma (o hedor) sobrenatural. Es un ente que juega en el tablero, pero que también dirige todas las piezas. Un personaje de inteligencia suprema y de un atractivo irresistible incluso para su mismo género (explico esto más adelante). Le gusta ser el motor del caos, la causa de la locura. El físico de Mikkelsen ayuda mucho. Su rostro de ángulos duros y pómulos sobresalientes evocan una figura reptiliana, gélida, de otro mundo. Su extraño acento y su habla pausada y ceremoniosa desbordan cultura y elegancia. Y como la repulsión máxima y la más irresistible atracción son en realidad lo mismo, el espectador cae encantado bajo un hechizo del que es difícil escapar.

Los otros invitados a la cena

Imagen: NBC

Cast original de «Hannibal», con Caroline Dhavernas en el papel de la Dra Bloom y Lara Jean Chorostecki en el de Freddy Lounds. Ambos personajes que eran masculinos en el libro de Thomas Harris. Imagen: NBC

Hugh Dancy interpreta a Will Graham, el protagonista-víctima de la historia, un agente especial que ejerce como profesor en la academia del FBI. Sufre de un desorden de personalidad que hace que su cerebro esté invadido de neuronas espejo (las responsables de que un bostezo se nos contagie), lo que se traduce en pura empatía. Graham es capaz de empatizar a tal nivel que puede meterse en los zapatos de los asesinos que persigue. El problema es que no es tan fácil salir de ellos. De esta manera, Will es un personaje más cercano al antihéroe de los policiales británicos que al Edward Norton de «Dragón rojo».

Laurence Fishburne (The Matrix) encarna al detective Jack Crawford, como representante de la razón frente a la locura. Del otro lado está la maravillosa Gillian Anderson (X-Files, The Fall), que interpreta a la psiquiatra de Lecter: Bedelia Du Maurier. Un personaje inexistente en el libro, pero que en la serie crece a tal punto de volverse indispensable. Se trata de un alter ego del mismo Hannibal. Una mujer que, frente a un ave indefensa, siente los mismos impulsos por salvarla que por aplastarla. Y su personaje se cimenta en esa duda constante de ser depredador o presa.

La historia de amor

La serie no cuenta la historia de un asesino que hace extravagantes platillos con sus víctimas, sino que es un viaje de descubrimiento de dos almas gemelas. Se trata de la amistad entre Hannibal y Will, la amistad del gato y el ratón. Hannibal atesora la empatía de Will, porque cree que “la más hermosa cualidad de una verdadera amistad es el entendimiento». Will siente la misma atracción que Lecter, pero es menos consciente de lo que eso significa. La serie desarrolla ese desenfrenado cortejo entre Will y su amante intelectual, hasta que llegan al último estadío de transformación y se funden en una sola criatura bañada en sangre. La tensión sexual entre Will y Hannibal ha sido bautizada como Hannigram por los fans.

 El formato y el abuso de la belleza

«Hannibal» comienza con un formato procedimental, propio de una serie policíaca, donde se resuelve un asesinato por capítulo. Esta es la labor que entretiene a Will y Hannibal durante gran parte de la primera temporada, hasta que el juego del caníbal se vuelve más pretencioso y la serie se obliga a narrar de manera más horizontal. Y no solo eso: conforme pasan los capítulos, la serie se vuelve más oscura y delirante. Escenas oníricas, diálogos cada vez más largos y los experimentos musicales de Brian Reitzell, el atípico compositor y/o supervisor musical de las películas de Sofía Coppola; terminan por componer la extravagante visión de Fuller, que incluso decora con escenas post créditos, al estilo Marvel.

Pero la metamorfosis de «Hannibal» en una apuesta más sofisticada, la convirtió también en un producto poco amable con el público masivo. Por eso no sorprende que la NBC la haya cancelado tras 39 episodios al aire.

«Hannibal» se alza como una rareza, pretenciosa e incluso pedante, que queda a la espera de que una cadena más adecuada (de pago o streaming) la resucite; y si no es así, nos queda la maravillosa experiencia de un producto televisivo que gozó de absoluta, y quizá irrepetible, libertad creativa.

“The Art and Making of Hannibal: The Television Series” explica cómo se rodaron las escenas más complejas, cómo se escogió el vestuario, el arte y hasta la estética de los platos que acompañaron la serie. Imagen: NBC

“The Art and Making of Hannibal: The Television Series” explica cómo se escogió el vestuario, el arte y hasta la estética de los platos que acompañaron la serie. Imagen: NBC

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