En Cinta Jueves, 25 agosto 2016

La serie de televisión «Bates Motel» nos ofrece una mirada familiar al universo de «Psicosis»

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Imagen: A&E

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Escribe: Rubens Juárez (@rubensyyo)

La serie de televisión «Bates Motel» es una precuela bastante libre de «Psicosis», en la que descubrimos cómo un adolescente Norman Bates (Freddie Highmore) se convierte en el psicópata que conocimos en la película más memorable de Alfred Hitchcock, estrenada en 1960. Pero no se trata del primer intento televisivo de aprovecharse de este universo: la NBC ya había hecho una película para la TV con el mismo nombre al final de los ochenta. Felizmente casi nadie la recuerda. Pero a la cadena A&E, responsable de la serie, le ha ido bastante mejor: la premiere de su «Bates Motel» se convirtió en el estreno más visto de la historia de la cadena.

La propuesta

“Somos como dos partes de una misma persona” - Norma Bates. Imagen: A&E

“Somos como dos partes de una misma persona” – Norma Bates. Imagen: A&E

Una de las licencias que la producción se tomó con la serie fue la de trasladar la historia a una ambigua actualidad: aunque Norman y su madre Norma (Vera Farmiga) se comunican con un iPhone, la mayoría de personajes tiene un profundo e inexplicable gusto vintage. Así, la familia Bates se encuentra en una burbuja donde visten y viven como si se tratara de los años 60 (manteniendo parte de la magia de la película), mientras afuera de la casa nos acompañan en el siglo XXI.

Al ser una apuesta de A&E, podíamos esperar que se trate de una visión bastante familiar de la historia, y no nos equivocamos. Si bien el capítulo piloto es por demás atractivo e incluso violento, la serie no es escabrosa ni se acerca a la atmósfera creada por Hitchcock; más bien camina por un sendero de emotividad, donde la más grande de las amenazas es que se rompa el hechizo que mantiene juntos a Norman y su madre. Y es que este es el fuerte de la serie, lo que nos hace continuar viéndola, a pesar de las tantas otras cosas que flaquean.

Me gusta

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La relación de Norman y su madre se presenta como un tesoro insano, sí, pero bastante valioso, tanto para sus protagonistas como para el espectador. Esta relación es la que cimenta la serie: aprendemos a querer a Norma, avalamos su necesidad de amar a su hijo incluso hasta sofocarlo. Sufrimos con ella cuando comprende la desdicha que supone esa dependencia. La abrazamos como una gran víctima: de su hermano, del pueblo entero; pero sobre todo, de su propio hijo. Nadie le hace tanto daño como su atesorado Norman.

Hasta podría decir, sin temor a equivocarme, que el personaje de Vera Farmiga se roba el protagonismo aún sobre el del mismo Freddie Highmore, quien está a la altura de su personaje, pero pierde brillo contra el virtuosismo de la protagonista de «El Conjuro». A pesar de esto, como dicta el universo de «Psicosis», Norma está destinada a desaparecer. ¿Culpa de Norman? Hace mucho se anunció que esto sucedería al final de la 4ta temporada, lo que generó una gran expectativa. Felizmente los guionistas nos sorprendieron con una inteligente y desgarradora secuencia que nos rompió el corazón, mientras sonaba de fondo «Mr. Sandman” de Nan Vernon.

No me gusta

Dylan Masset, el otro hijo de Norma. Imagen: A&E

Dylan Masset, el otro hijo de Norma. Imagen: A&E

Lo que no deja de estorbar durante el desarrollo de la serie son los personajes secundarios. Pareciera que los guionistas no encontraron mejor forma de estirar el chicle que distrayéndonos con personajes simplones y sus insulsas tramas. Ese “pueblo lleno de secretos” nunca funciona bien, sino más bien entorpece el camino de Norman a la locura. Por eso mismo, vemos muy pocas muertes, muy pocos arrebatos psicóticos, sobre todo durante las dos primeras temporadas. Quizá el único personaje secundario que salva es Dylan Masset (Max Thieriot), el hijo mayor de Norma, con el que tiene una compleja relación que oculta un truculento secreto que profundiza en el lado más oscuro de la familia, y que explora una triste y escabrosa realidad, poco tratada en televisión abierta.

40 episodios al aire, quedan solo 10

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Imagen: A&E

La serie tiene temporadas bastante irregulares entre sí. La segunda temporada es la peor, justamente porque le dedica mucho tiempo a personajes que a nadie le importan. La cuarta hace lo que debe y se enfoca en el quiebre de Norman, entregándonos una temporada entrañable. Si tienes paciencia y crees en dar segundas oportunidades, dale una a «Bates Motel». El próximo año, la serie terminará con una quinta temporada donde se abordarán los sucesos que vimos en «Psicosis», aunque también lo hará desde una interpretación libre. Como dato freak final, se confirmó que Rihanna será quien morirá acuchillada en la famosa secuencia de la ducha. Eso sí, felizmente los responsables de la serie prometieron hacer su propia versión y alejarse de la copia plano a plano que hizo Gus Van Sant en el horroroso remake de «Psicosis» de 1998.

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