En Cinta Viernes, 5 agosto 2016

«La Luz en el Cerro» es un thriller policial peruano que nos representará en el próximo Festival de Montreal

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Escribe: Alberto Castro (@mczorro)

La misteriosa muerte de un pastor en una alejada montaña del pueblo cusqueño de Marcapata es el detonante de todos los acontecimientos de «La Luz en el Cerro», ópera prima del director Ricardo Velarde, una película que combina la pesquisa policial y la investigación forense con el thriller de tintes sobrenaturales. Manuel Gold, Emilram Cossio, Ramón García y Stephanie Orúe protagonizan esta cinta que pudo culminarse gracias al Premio de Post-Producción que le entregó el Ministerio de Cultura en el 2015. El resultado es un filme que, con cada giro que da el caso, alimenta una atmósfera opresiva que hace que cada uno de los personajes se enfrente a su lado más oscuro y hasta perverso.

La cinta vio la luz fuera de competencia en el Festival de Lima del 2016, como parte de la sección Hecho en el Perú. A propósito de su estreno, me animé a conversar con su director, quien revela su intenso amor por los thrillers, su deseo de armar uno con creencias andinas y la emoción de por fin presentar una película que viene cocinando desde el 2011. Por cierto, más buenas noticias llegaron pronto: «La Luz en el Cerro» formará parte de la competencia oficial del próximo Festival de Montreal 2016 que se celebra a fines de este mes.


¿Cómo se te ocurre la historia de la película?

Yo estaba buscando locaciones para una película de terror que había escrito, cuando Yerko Zlatar, que es el director de arte de la película, me cuenta que había heredado una casona vieja en la selva de Cuzco, en Quincemil. Te estoy hablando del año 2010. Cuando llegamos para verla, pasamos noches increíbles con los lugareños, escuchando muchas historias, muchas leyendas locales que mezclaban aspectos folclóricos, mágicos y supersticiones con historia. Me di cuenta que ahí había un montón de material. Pasó un mes y mi amigo me llama y me dice: «Oye, la casa la han quemado, unos invasores le prendieron fuego». Eso fue una señal para mí: boté el guion de terror que tenía y empecé a escribir «La Luz en el Cerro» basado en las historia que había escuchado y en personajes que había conocido en este pueblo.

La película plantea un choque de dos mundos: el de la ciencia y los forenses con el de la leyenda y creencias populares.

Claro, no se trata exactamente de una película andina, sino una urbano andina. Porque los personajes principales son dos chicos de la capital (interpretados por Manuel Gold y Emilram Cossio), mientras que Ramón García también es de la capital, un policía castigado. Juntos deben resolver el caso de una misteriosa muerte y con eso se arma todo el thriller. La película juega primero al misterio, mientras se revelan las piezas del rompecabezas, y luego al suspenso, cuando se es consciente del peligro. Me gusta jugar con la audiencia, me gusta sorprenderlos, y creo que cuando la gente vea la película se dará cuenta de a qué me refiero.

¿Y el título de dónde proviene?

«La luz en el cerro» es una analogía o alegoría de cómo los misterios se van revelando como luces, sacando a la gente de la oscuridad. Pero también se trata de algo muy descriptivo que entenderán cuando vean la película.

Imagen: Caudal Films

Imagen: Caudal Films

«Hunted» fue el primer cortometraje que dirigiste y también era de suspenso. ¿Ese es el tipo de cine que quieres hacer o el que más consumes?

El cine de los setentas creo que es el que más me gusta, sobre todo si hablamos de horror, terror, thrillers. Aunque es muy difícil decir qué es lo que más me gusta, porque el cine es demasiado basto. Hay thrillers de los años treinta, mucho antes del film noir, que son increíbles. Me gustan las películas de Howard Hawks, mucho cine americano. El thriller es un género que nace, creo yo, con el expresionismo alemán, cuando se hizo “M” de Fritz Lang o -antes inclusive- con “El gabinete del doctor Caligari”, que es básicamente un thriller. Ha cambiado con el tiempo y se ha adaptado a diferentes regiones: los europeos migraron a Norteamérica y crearon el thriller de los cuarentas que luego los franceses lo llamaron film noir. Me encantan películas como “The Conversation” o“The French Connection”.

Cuando me preguntan sobre “La luz en el cerro”, me gusta decir que es un thriller peruano. Porque está contextualizado en el Perú, porque incluye tanto lo urbano, la presencia de la capital, y cómo choca con el mundo del ande.

Si bien la comedia en nuestro cine sigue siendo muy localista, pareciera que el cine de terror y suspenso más comercial que se hace por aquí trata de pegarse mucho a un molde norteamericano, dejando de lado referencias nacionales, ¿no?

Es como tú lo has dicho. Una vez me preguntaron por qué nuestra empresa productora se llama Caudal Films: porque hace referencia a ese caudal o flujo de sonidos e imágenes de nuestro país, de nuestro continente latinoamericano. Una de las prioridades de nuestra empresa es continuar haciendo cine como este.

Igual «La Luz en el Cerro» es una película abocada al público, que busca generar un impacto en el espectador. 

Claro, pero como acá todavía no tenemos los súper estudios y ese modelo de producción de Hollywood, que básicamente hace lo mismo siempre, tenemos aún la libertad de hacer las películas como queramos. Podemos jugar con el género. He visto que han hecho un western peruano que se ve muy interesante y que quisiera ver de todas maneras: “Pueblo Viejo”. Yo creo que si tú narras una historia y le eres fiel al género, pero en el medio tú introduces ideas contextualizadas en tu propia cultura, la película debería funcionar con el público y dirá ‘mira, esto es diferente, esto es de acá’. Dejamos de ser esa fotocopia de una película extranjera, hecha en castellano y con actores peruanos.

En el caso de “La luz en el cerro” yo fui al rodaje con un guion y en el camino terminé metiendo un montón de cosas que no estaban escritas, porque el lugar y el contexto me daban cosas nuevas y diferentes. Es una experiencia que quisiera repetir con mis próximas películas

Imagen: Caudal Films

Imagen: Caudal Films

Tú hablas de esa libertad que te da el trabajar en un sistema independiente, pero esa libertad viene con el precio de que toma muchísimo tiempo poder terminar una película. ¿Cuánto tiempo te tomó a ti?

El tiempo que nos tomó terminar la película ha sido una mezcla de varias cosas. Nosotros pensamos que debíamos construir la película paso a paso. Cuando terminamos de filmarla, nos quedamos sin un centavo. Hemos estado solos por varios años buscando financiamiento, mientras a la vez editábamos; hemos aplicado a los fondos del gobierno y de otros lugares. Y ha sido una gran experiencia. Quizás la segunda vez que hagamos una película tomemos ciertas precauciones para que no pase tanto tiempo.

Y es que el cine peruano atraviesa una situación complicada. Se habla de un boom comercial, pero hay otros directores que no puede llegar tan fácilmente a los cines.

Es algo que he aprendido en este proceso de buscar distribución o fondos para completar la película. Siempre va ser difícil hacer algo que se sale del molde. Porque el cine no solo es el trabajo de una productora, sino que incluye a muchas corporaciones. Las majors mandan a  sus agentes acá, tenemos a 20th Century Fox, tenemos a Disney, tenemos todo. Entonces si tú traes un producto que no es compatible con el mecanismo que ya tienen organizado, va ser difícil que te dejen entrar. Y es algo que se repite no solo en el mundo del arte, sino mira nuestra política.

¿Qué crees que es lo que podemos hacer como para alcanzar una solución?

Cuando escribí “La luz en el cerro” no pensé en venderla: solo sabía que quería hacer un thriller con elementos muy peruanos. Me interesa mucho ver cómo va a reaccionar el público. No me sorprendería que en los próximos años más personas decidan hacer más  películas de género y me encantaría que sea así. Pero les pediría que no tengan miedo de poner todas sus ideas, aunque se escapen de los moldes. Creo que hacer películas de género con identidad latinoamericana podría ser una salida a muchos productores, a muchos realizadores y guionistas para encontrar un camino con el cual ingresar a este organismo que es tan exigente y tan complicado. No se olviden de hacer las cosas como uno realmente las quiere. Eso incluye romper el molde y no hacer sólo una fotocopia.

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