«Mustang» es una joyita franco-turca nominada al Oscar que no sabías que estaba en cartelera

Imagen: CG Cinéma.

Escribe: Alberto Castro (@mczorro)

«Mustang» es una joyita franco-turca cuyo ingreso a nuestra cartelera (únicamente en el Centro Cultural de la Católica) ha pasado tristemente desapercibido. Lo cual es una lástima, ya que su nominación al Oscar como Mejor Película Extranjera pudo ayudar a llamar más la atención, además de que es una GRAN película. Solo queda esperar a que se animen a programarla por un par de semanas más (solo se han confirmado los horarios de esta semana, por el momento).

Deniz Gamze Ergüven debuta con este sensible retrato de la vida de cinco hermanas adolescentes que viven en un pueblo al norte de Turquía, donde su abuela y su tío las educan para ser las ‘esposas ideales’: es más, deciden sacarlas del colegio y encerrarlas en casa, donde les enseñan buenos modales, cocina, sometimiento social y las obligan a dejar la ropa ligera de la niñez para reemplazarla por sotanas sin forma que ahuyenten la tentación sexual. Todo para que los adultos puedan negociar sus respectivos matrimonios. Es así que presenciamos ese último respiro de libertad de nuestras protagonistas, mientras son empujadas a la fuerza hacia una adultez que ellas no han elegido.

El gran logro de la película es el mantenerse al margen de un debate sobre la religión o el conservadurismo de una sociedad. La película jamás recalca una denuncia, sino que más bien se concentra en una historia individual (en este caso, grupal). El caso resonará en cada espectador de manera diferente y adoptará juicios más globales en base a sus sensibilidades, pero no es la intención de la cinta. Y aunque Estambul es vista como ese paraíso de libertades al cual escapar, es más ese destino de fantasía al cual quieren huir las guerreras de esta fábula, que una contraposición explícita de lo urbano sobre lo rural.

Imagen: CG Cinéma.

En esa misma línea, «Mustang» sabe suavizar sus costados más escabrosos, como cierta muerte y violaciones sistemáticas jamás confirmadas. Para ello se refugia en la mirada de la menor de las hermanas (espectacular debut de la pequeña Günes Sensoy) con la cual descubrimos todo, un punto de vista inocente y curioso muy parecido al que tuvimos hace muy poco en «La Habitación» (a través de los ojos del Jack de Jacob Tremblay).

Y esa es otra cosa fascinante de «Mustang»: la historia que comienza como el seguimiento de un grupo homogéneo de cinco jóvenes aprisionadas, mientras avanza el largometraje sabe diferenciar las aspiraciones y sufrimientos de cada una de ellas, al punto de que al final tenemos clarísimo cuál fue el destino de cada hermana. Pasamos por diversos niveles de aceptación, resignación, indignación, rechazo y reacción. Y el desenlace es tan evidente que te rompe el corazón no haberlo descubierto antes de que llegáramos a ese momento. No solo eso, sino que también somos testigos de las complejidades de los antagonistas: el tío cuya rectitud conservadora tenía motivos ocultos o la abuela (y compañeras) que ven a las menores con añoranza, algo ejemplificado en la hilarante escena del escape al estadio.

Algunas críticas, tras su paso por el Festival de Cannes, la llamaron «Las Vírgenes Suicidas de Turquía», cuando si bien está la premisa del encierro con consecuencias trágicas, «Mustang» prefiere alejarse de la poesía y concentrarse en la conexión emocional entre las hermanas, lo cual cala mucho más profundamente cuando las consecuencias aparecen. «Mustang» se configura como un relato que puede ser visto tanto como un colorido, fresco y realista coming of age que no le teme al descubrimiento sexual libre, tanto como un cuento de horror de muchachas encerradas en un castillo laberíntico y opresivo.