En Cinta Domingo, 17 mayo 2015

Estas 4 películas demuestran que Brad Bird es uno de los mejores directores del momento

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BradBird

Escribe: Alberto Castro (@mczorro)

Desde los 11 años, Brad Bird estaba seguro que quería dedicarse a contar historias, luego de un paseo que realizó con su familia por Walt Disney Studios. Aquella seguridad es la que ha caracterizado la carrera de este visionario director, responsable de algunas de las películas más entrañables de los últimos años, capaz de crear fantasías absorbentes y universos delirantes, de diseñar personajes icónicos en apariencia y personalidad, además de regalarle al espectador mensajes contundentes y complejos que van de la mano con el entretenimiento y escapismo de sus aventuras.

Este artículo quiere recordar y celebrar cada una de las películas que nos ha regalado este genio en su carrera, mientras esperamos el estreno de «Tomorrowland» el próximo 21 de mayo en nuestro país.

POR CIERTO: Estudió junto a John Lasseter y Tim Burton en el Instituto de Artes de California. Escribió un guion para Steven Spielberg, que iba a ser un episodio de su serie de televisión «Cuentos Asombrosos», pero le gustó tanto que prefirió estrenarlo como una película titulada «Batteries Not Included». Fue el consultor creativo de las ocho primeras temporadas de «Los Simpsons», ayudó en la animación del piloto de «Los Rugrats» y colaboró en las series animadas «El Crítico» y «King of the Hill».

«El Gigante de Hierro» (The Iron Giant, 1999)

La historia del niño que se hace amigo del ser alienígena que es perseguido por el gobierno (en este caso, un robot) puede sonar a una premisa algo repetida y básica. En este caso se trata de la adaptación de una popular novela de Ted Hughes de 1968, que pretendía hacer una crítica sobre las armas y presentar la guerra como algo intrínseco en el ser humano.

Brad Bird logra elevar la historia al añadirle un contexto: al situarla en medio de la Guerra Fría le agrega paranoia, el inexplicable miedo al otro o cualquier cosa que sea diferente a lo que nos es familiar, y una carrera armamentista como responsable de alimentar estos miedos. Con la figura del robot que aparenta ser violento, pero que termina siendo un mecanismo de defensa para sobrevivir, le da en el clavo a la naturaleza de la guerra, al detonante que solo lo es cuando genera una reacción, a la violencia despertando más violencia.

Se trata de una película demasiado bienintencionada al final, con su buena dosis de moraleja, pero no por ello resulta complaciente o menos compleja. En el medio de todo encontramos a un niño forjando una identidad en un mundo en el que todo es uno u otro, sin intermedios. Precisamente la identidad será una constante en sus siguientes producciones.

Muchos recordarán que Vin Diesel le prestó su voz al robot del título (en la versión en inglés, obvio) en una mítica performance de poquísimas palabras que daría pie para que luego sea elegido para interpretar a Groot en «Guardians of the Galaxy».

«Los Increíbles» (The Incredibles, 2004)

Esta debe ser una de las mejores películas de superhéroes que jamás se hayan hecho, y llegó mucho tiempo antes de que se pusiera de moda. Aquí la Guerra Fría se hace presente de nuevo, pero no a partir del contexto en el que se ambienta la historia, sino a través de un homenaje que el director le hace a las películas de espías de los 60s, algo que se hace notar particularmente en la deliciosa banda sonora que compone Michael Giacchino, una que bebe del jazz y de los más imponentes temas de James Bond.

Aunque, por encima de todo, se trata de una película sobre la identidad, la cual tras ser suprimida abre paso a la monotonía, el aburrimiento y la rutina. El error del villano principal cuando proclama que «Cuando todos sean superhéroes, nadie lo será» recae en que, precisamente, al obtener poderes falsos está negando su verdadera identidad, aspirando a algo que jamás podrá ser. Y viceversa: la familia Parr jamás podrá ser «normal» y llega el momento de aceptarlo y buscarle provecho de otra forma.

El diseño de los personajes es de particular importancia, ya que los poderes asignados a cada integrante no son gratuitos, sino que revelan algo de su propia personalidad. El costo que debe asumir el gobierno por tener vigilantes es señalado por el realizador de manera aguda, algo que la mayoría de películas de superhéroes apenas si se atreve a tocar por lo ensimismadas que están con la fantasía. Y así como Bird sabe dirigir complejas escenas de acción, es igual de diestro a la hora de retratar las batallas domésticas del día a día (la discusión de la familia mientras cenan es notable). Y es imposible olvidar a una Edna Moda (a la cual él mismo presta su voz, por cierto) desde la cual se burla un poco de la fascinación de la cultura popular con los enmascarados.

«Ratatouille» (2007)

Este es uno de los títulos que primero me salta a la cabeza cuando me preguntan sobre las mejores películas que he visto en mi vida. Y es que en apariencia suena a algo tan simple como una rata parlante que sueña con cocinar y lo logra (una historia de superación que reivindica la idea de que todo sueño es posible de alcanzar; de nuevo la identidad que se forja por encima de cualquier otra cosa y a pesar de lazos hasta familiares), pero en el fondo nos habla de temas mucho más grandes.

Esta no solo es una carta de amor a París, ciudad musa que ha inspirado a tantos artistas a lo largo de la historia: se trata de una ensayo sobre lo que significa hacer cine, sobre el artista y su labor. Y todo a partir de una frase tan sencilla como «Cualquiera puede cocinar», una a la que el director y guionista recurre audazmente, ya que no significa que todo mundo pueda y deba hacerlo, sino que la gran cocina, el gran arte, puede provenir de cualquier lugar y de personas de diferentes procedencias.

Con el hermoso monólogo del crítico al final de la película no solo critica a aquellos que juzgan el arte ajeno (y eso que lo hace con compasión, ya que presenta al crítico de cine como un alma tan solitaria como la del mismo artista), sino que al escoger algo tan banal como el Ratatouille le jala las orejas también al flanco más snob y posero del mundo artístico, aquel que para probar su valía se refugia en la supuesta sofisticación y hermetismo de sus mensajes, en el alejamiento de los géneros y las fórmulas.

Por encima de una compleja radiografía sobre la situación del cine (y el arte) hoy en día, Brad Bird nos regala una aventura fascinante y divertida, llena de humor físico que se alimenta de los tamaños de sus protagonistas (un humano largo, torpe y enjuto junto a una rata que anda en dos patas) y una banda sonora de lujo de nuevo en manos de Michael Giacchino, quien captura a la perfección el espíritu francés.

«Misión Imposible: Protocolo Fantasma» (Mission Impossible: Ghost Protocol, 2011)

Este es el primer proyecto que Brad Bird acepta por encargo en el que no está detrás de la escritura del guion. Lo cual si bien significa que no hay demasiado sub-texto ni grandes reflexiones sobre la naturaleza humana, también implica mayor libertad para concentrarse en armar complejas secuencias de acción, ya que no necesitan denotar nada más que eso: acción. Todo se ve movilizado por la carrera contra el tiempo (ya que nuestros protagonistas deben detener una guerra nuclear, ni más ni menos) y una operación a ciegas (el Protocolo Fantasma del título es un mecanismo gubernamental que cierra la agencia para la que trabajan nuestros protagonistas, dejándolos desprotegidos).

Con esta su primera aventura live-action, Brad Bird logró demostrar que podía trasladar toda la destreza y precisión visual de sus cintas animadas al mundo real con actores de carne y hueso (algo que, por ejemplo, Andrew Stanton demostró que no podía con «John Carter»). Salta a la vista el magistral control que tiene sobre cada uno de los elementos que componen sus persecuciones, combates cuerpo a cuerpo y piruetas que desafían las leyes de la física. El pasaje más alucinante de la película es aquel que se lleva a cabo en Dubai: tanto el desafío en las alturas del Burj Khalifa, como la hermosa y hasta poética persecución en medio de una tormenta de arena.

Lo que se viene:

  • TOMORROWLAND: Si con «Misión Imposible 4» trasladó la soltura y acción de sus películas animadas a la carne y hueso, con «Tomorrowland» deberá demostrar que puede hacer lo mismo con los universos fantásticos diseñados al detalle que lo hicieron popular en Pixar. George Clooney y Britt Robertson interpretan a un inventor y una adolescente que deben viajar a un universo paralelo para asegurar el futuro de nuestro planeta. Los específicos de la historia se mantienen bajo siete llaves, pero con Bird a la cabeza sabemos que nada será tan sencillo. El chileno Claudio Miranda (quien nos deslumbró con su trabajo en «Life of Pi») asume la dirección de fotografía, mientras que Michael Giacchino compone la banda sonora. Se estrena el 21 de mayo en nuestro país.
  • LOS INCREÍBLES 2: La semana pasada se confirmó que Bird regresaría como guionista y director de esta secuela, algo que nos alivió a todos los que nos asustaba que cayera en las manos equivocadas. Lo único que ha adelantado es que no se tratará de una parodia o reflexión sobre tendencia actual de hacer películas sobre superhéroes, sino que se concentrará de nuevo en la dinámica familiar de los protagonistas. Se estrenaría todavía en el 2018.
  • 1906: Desde hace años que Brad Bird quiere adaptar la novela de James Dalessandro sobre el terremoto e incendio que destruyeron San Francisco en 1906, solo que no pudo por el presupuesto que necesitaba, el cual le parecía muy alto a los productores. El proyecto fue abandonado hace un par de años, pero muchos de los seguidores del director esperamos que en algún momento lo retome.
  • STAR WARS: Brad Bird era el favorito para dirigir el episodio VII de Star Wars (que ahora está en manos de J.J. Abrams), pero no podía ya que se iba a cruzar con la post-producción de «Tomorrowland». Bird igual confirmó que se juntó con Kathleen Kennedy, cabeza de Lucasfilm, con lo que aún queda abierta la posibilidad de verlo detrás de un futuro episodio o spin-off. Igual tendría que ser luego del 2018, ya que estará ocupado con «Los Increíbles 2».

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