En Cinta Martes, 26 julio 2016

Grandes directores y actores de cine han decidido refugiarse en las nuevas posibilidades que ofrece la TV

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Imagen: Spin

¡¿Cómo hacemos para ver tantas series?! Imagen: Spin

Escribe: Rubens Juárez (@rubensyyo)

El cine ha mirado a la televisión por encima del hombro durante mucho tiempo, porque los hechos la avalaban: la ficción que se hacía allí carecía de un presupuesto digno y las distintas barreras creativas no daban lugar a grandes aspiraciones. Para una estrella, terminar en la pantalla chica era sinónimo de decadencia.

Pero los tiempos han cambiado: aunque muchos aún lo ven como un escalón, otros han advertido el verdadero potencial de la televisión en sí misma. Y es que se está haciendo ficción muy buena. Endemoniadamente buena. La industria crece por todos lados: en Australia (The Slap), en Dinamarca (Forbrydelsen/The Killing), en Israel (BeTipul בטיפול/In Treatment), Inglaterra (River), Francia (Les Revenants) y Suecia (Äkta människor/Real Humans).

La pantalla chica ha crecido

La razón puede ser diseccionada en muchas aristas. Una de ellas, y por la cual el fenómeno ocurre ahora y no hace 20 años, comienza con la proliferación de los servicios de cable y los canales premium, de nicho. Esto obligó a la industria a pensar en programas que no se rigieran por el juicio inmediato del rating, y que el producto en conjunto, acabado y empaquetado, sea juzgado también por la crítica.

Los canales se empezarían a preocupar por que su producto alcanzara una calidad cada vez mayor, que levantara a los críticos de sus sillas y que la ovación se convierta en un número mayor de audiencia, prestigio y suscriptores. Es así como los canales de cable premium se esforzaron por hacerse un nombre que valiera una suscripción, y sus hermanos del cable tradicional y los de la televisión abierta comenzaron a desesperarse por no quedarse atrás. La tendencia se intensificó con la llegada de cadenas de servicio streaming como Netflix, Hulu y Amazon, que traerían su propia artillería.

"Mad Men" fue la primera serie original de AMC y una que definió su búsqueda de prestigio. Al toque no más crearon "Breaking Bad"

«Mad Men» fue la primera serie original de la cadena AMC y una que definió su búsqueda de prestigio. Al toque no más crearon «Breaking Bad».

Por otro lado, las cadenas de televisión también buscan diferenciarse unas de otras. Showtime y Starz se reconocen como canales atrevidos, donde el sexo y la violencia son ingredientes indispensables; y otros como la ABC buscarían un contenido más familiar, pero que les diera la pelea. Es así que algunos canales continuaron con series que no daban la altura en audiencia, pero que generaban ruido en las redes y dibujaban bien la identidad de la cadena. Claro, hasta cierto punto. Porque la televisión es un negocio y, como tal, el horizonte de la cancelación siempre está presente.

Sin embargo, la libertad que se le ha dado a los creadores durante los últimos años nos trajo series tan oscuras y metafísicas como True Detective (HBO) y Hannibal (NBC). Algo que antes sería impensable. Y las ataduras se han soltado a varios niveles. Tenemos series donde destacan los engranajes narrativos: The Affair (Showtime), The Slap (ABC1), Awake (NBC), Black Mirror (Channel 4); hasta series donde el soundtrack cumple un rol más que protagonista: Les Revenants (Canal+) y Utopia (Channel 4). Hoy podemos hablar de “series de autor” y eso es tremendamente atractivo.

Del cine a la televisión (y no viceversa)

La televisión se ha convertido en una gran oportunidad para experimentar y reinventar las maneras de narrar. Ya no es depósito de viejas estrellas de Hollywood, sino que éstas han logrado desenterrar sus carreras y sacarles lustre. Gracias a eso volvemos a ver brillar a Winona Ryder (Stranger Things, Netflix), Kevin Bacon (The Following, Fox), Jessica Lange (American Horror Story, FX), Maggie Smith (Downton Abbey, ITV), Kirsten Dunst (Fargo, FX), John Travolta (American Crime Story, FX), etc.

Woody Allen dándole indicaciones a Miley Cyrus en la grabación de una nueva serie de Amazon. The cameras for the Woody Allen project starring Miley Cyrus just started rolling in Westchester New York. Miley was spotted on location of the Woody Allen's six-episode, half-hour series, which is set in the 1960's. Miley looked the part in a multi-colored poncho and green army fatigues. Also staring in the production is House of Cards alumna Rachel Brosnahan, along with John Magaro, Elaine May and of course Woody Allen. Please byline:TheImageDirect.com

Woody Allen dándole indicaciones a Miley Cyrus en la grabación de una nueva serie de Amazon.

Algunos incluso dicen que las series de televisión terminarán por destronar al cine como el mejor medio de narración audiovisual. Y no sería raro desde que en la industria están involucrados nombres como Guillermo del Toro (The Strain, FX), M. Night Shyamalan (Wayward Pines, Fox), Martin Scorsese (Vinyl, HBO) e incluso Woody Allen, que prepara una serie con Miley Cirys para Amazon. Pero no hay que confiarse, ya que estamos frente a un nuevo mundo y el éxito no siempre cruza las fronteras fácilmente. A Scorsese ya le fue muy mal con Vinyl y aunque David Lynch vuelve con Twink Peaks, nada asegura que reconquistará la pantalla. Pareciera ser más fácil que las nuevas generaciones expandan los límites de la televisión y la hagan cada vez más cinematográfica, a que se trate de un simple traspaso de talentos del cine a la televisión.

David Lynch exigió completa libertad creativa para regresar a la TV con "Twin Peaks" y se la dieron.

David Lynch exigió completa libertad creativa para regresar a la TV con «Twin Peaks» y se la dieron. Pero, ¿logrará cautivar a su audiencia original y a las nuevas generaciones?

Este formato de larga duración -por ejemplo- es algo que desanima a los hermanos Joel & Ethan Coen, quienes dicen estar muy contentos con trabajar en corto: “después de dos horas con un personaje, hemos terminado con él”, afirman. Por el contrario, los televidentes se encariñan con los personajes y los quieren con ellos el mayor tiempo posible. Obviamente, obedecer ciegamente estas exigencias podría estirar el chicle hasta desinflar una buena historia. Por suerte, ahora nos encontramos con la tendencia de hacer series mucho más cortas: en Inglaterra las hacen de 4 a 6 episodios y en Estados Unidos se están acostumbrando al formato de 8 a 10 episodios. También se hacen series con temporadas unitarias (Fargo) o incluso con episodios unitarios (Black Mirror), donde se prioriza la unidad temática a una narración extensa y episódica.

En fin, el afán por sorprender lleva la corona en la pantalla chica, una vieja conocida que se ha convertido en plataforma para la mejor cinematografía del mundo.

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