En Cinta Viernes, 23 febrero 2018

Conversamos con el cusqueño Franco García Becerra sobre «Vientos del Sur», su primera película

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Entrevista: Alberto Castro (@mczorro) / Retratos: Midchel Meza (@midchelmeza)

Una joven recibe una llamada inesperada que la obliga a regresar a la casa hacienda familiar donde vivió de niña, en Cusco. Allí se reencontrará con su abuelo, el cual vive obsesionado con la idea de que en la casa existe un tapado o tesoro familiar escondido.

Esta es la historia que el cusqueño Franco García Becerra nos cuenta en “Vientos del sur”, su primera película, una que logró realizarse gracias a los premios que recibió del Ministerio de Cultura (concurso regional y de distribución). Carolina Niño de Guzmán, Raúl Chaparro, Hermelinda Luján y Mauricio Rueda, todos cusqueños, protagonizan esta película que se estrenó el mes pasado en el Festival de Cine Global Dominicano, en República Dominicana. Lo que sigue: un posible ingreso al Festival de Lima, distribución regional en Cusco y Arequipa, y finalmente un estreno comercial limitado en Lima.

Tuve el placer de conversar con el realizador y esto fue lo que me contó sobre su película.


¿Cómo se te ocurre la idea para la película?

Toda la vida, en el Cusco, hemos escuchado historias del tapado, que son tesoros en las casas antiguas. Nadie se levantaba a escarbar, pero era muy cotidiano hablar del tema. Mi familia es de Huaro, del valle sur, y todos los fines de semanas lo pasábamos allá. Había un cerro que se llamaba Batan Orco, cuya traducción es ‘donde se muele el oro’, donde puedes encontrar un montón de huecos donde la gente ha escavado. Cuando decido hacer mi primera película, obviamente, tenía que agarrar cosas que yo conocía. Entonces de ahí viene mi primera idea: alguien regresa a la casa hacienda donde nació y vivió de niña. En esta casa hay un abuelo que vive obsesionado con la idea de que hay un tapado o un tesoro escondido. A eso le añado una historia familiar, del reencuentro de ambos, hablo de la nostalgia. No sé, los cusqueños somos algo nostálgicos.

¿Qué referentes has tenido a la hora de realizarla?

Me centré mucho en Lucrecia Martel. En “La Ciénaga”, básicamente, la cual me gusta mucho: esta casa de gente de provincia adinerada pero venida a menos, con todo abandonado y todo estancado en el tiempo. Es algo que sucede en “Vientos del sur”: es una familia que era muy acomodada en una casa hacienda muy grande, de casi 100 años, donde todo se ha quedado ahí en el tiempo.

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Tú viviste en el Cusco hasta los 24 años, ¿cómo fue tu formación cinematográfica?

Yo me metí por la fotografía: me metí a la Fototeca del Sur Andino que dirigía Carlos Nishiyama, que es el hijo de Eulogio Nishiyama. Cuando entro a la universidad, no sabía que se podía estudiar cine, así que estudié antropología: llevé un curso de antropología visual y vimos full documentales. A partir de ahí empecé a ver muchas películas, las alquilaba en VHS, no había nada más. Empecé a leer. Lo único que encontré en la biblioteca de universidad sobre cine peruano o cine cusqueño era la escuela de Cusco de Nishiyama, de Figueroa. Luego, cuando vengo de vacaciones a Lima, descubro un taller de cine, en la escuela de cine de Lima que dirigía Juan Carlos Torrico y María Ruiz. Torrico hizo su película “Porka Vida” y me metí ahí también. Regresé al Cusco, hice un corto allá que se llama el “El Reverso”. En esa época, los cines del Cusco ya se estaban cerrando: a partir del 2000 no hubo, prácticamente, nada. Cuando regreso a Lima, consigo trabajo como video assist en “Mañana te cuento”, y luego llegarían “Peloteros”, “Madeinusa” y “Dioses”.  Luego de algunos cortos, de ser premiado por CONACINE, y de regresar de Buenos Aires, de estudiar en el SICA, desde el 2009 ya estaba escribiendo “Vientos del Sur”, pero con otro nombre.

El proyecto ya lo tienes casi 10 años.

Sí, en el 2009 hice un teaser. Pero no pasaba nada, no ganaba DAFO para financiarlo, no entraba el dinero para hacerlo. El título original de la película era “El círculo”, luego se volvería “Vientos del sur”.

¿Por qué ambos títulos?

El primero, porque lo que vive la protagonista es un proceso circular: ella regresa a casa para convertirse en el abuelo. “Vientos del Sur”, porque todo está pensado y narrado en el valle sur del Cusco, uno muy cerrado, con mucho viento. En el 2014, ganamos DAFO de cine regional y en el 2015 filmamos la película. Para el rodaje, decidimos repatriar cusqueños: había muchos cusqueños en Lima que habían estudiado comunicaciones o publicidad y que trabajaban aquí, a los cuales contratamos para que regresaran al Cusco y fueran parte de la película.

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¿Cómo ves la situación del cine peruano, habiendo trabajado en películas desde la época de “Mañana te cuento”?

Creo que no es novedad que, desde que Tondero inició el boom del cine comercial en el país, hay mayor acceso al cine fácil, al cine sencillo, a un cine al que le llamo ‘muy televisivo’. Es como llevar al cine una serie de televisión, un episodio de hora y media. Creo que le hace un poco de daño al cine, en general.  Pero, por otro lado, puede llegar a ser muy positivo, porque los técnicos pueden tener trabajo durante todo el año, en 5 o 6 rodajes de películas. Este cine más fácil le está dando oficio a muchos técnicos y mucha gente joven que apenas sale de estudiar. Ahora también, yo he trabajado en una película como “Madeinusa” o “Dioses”, y creo que hoy en día sería mucho más difícil estrenar ese tipo de historias.

Los cines quieren más “Asu Mare”.

Hace 5 o 6 años sí podías estrenar una película de autor: un distribuidor hubiera aceptado estrenar “Vientos del Sur”. Ahora es casi imposible, si no llegas con un cartel de actores o con mucha plata para hacerlo. ¿Qué es lo positivo de este problema? Que nos obliga a crear un circuito alternativo.

Y es algo que está pasando en el mismo Hollywood: muchas películas de presupuesto mediano para abajo empiezan a estrenarse directamente vía streaming. ¿Crees que el futuro del cine está en internet?

Puede ser doloroso, pero también debemos aceptar que estamos en otros tiempos. El cine ya se debe ver de otra forma. Vemos Netflix, vemos HBO Go, muchas vitrinas nuevas. Pero creo que hay que pensar las películas que se estrenan en internet de forma diferente, también. Antes se pensaba “esta película la hago para la televisión”, ahora debemos de pensar en un tipo de película para streaming. Pero si tu idea es una película hecha para el cine y terminas estrenando en streaming, ahí sí creo que es una perdida. En el caso de “Vientos del Sur”…

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Pérdida como realizador, porque, en lo económico, no necesariamente. Bong Joon-ho hizo “Okja” pensada para el cine, pero el proyecto fue comprado por Netflix. Lo mismo con la nueva de Scorsese, una que no hubiera visto la luz sin Netflix. Los que sufren son los realizadores, en todo caso.

Sí, pero como te digo, todo depende de cuál es tu visión. En mi caso, mi visión con “Vientos del Sur” es estrenar comercialmente. Quiero estrenarla en un cine en Cusco de todas maneras, voy a luchar por eso. Aunque sea en un teatro o lo que sea, pero que la gente la vaya a ver en pantalla grande. Pero no he pensado desde un principio mi película para Netflix. Yo soy de una época en la que el digital reemplazó al celuloide y muchos cineastas y cinéfilos mayores eran muy románticos y extrañaban el sonido de la máquina. A mí no me importaba, no tuve ese romanticismo; con las nuevas generaciones, va a suceder lo mismo. No creo que un chico de 10 años, ahorita, o mi hijo que tiene 4 años, dentro de 15 años diga “ay, como extraño la pantalla grande”. No lo creo. Ellos van a ver las películas en celulares o tablets. Aunque, quién sabe, porque algunos dicen que la tendencia se va a revertir.

Tú tienes claro que quieres estrenar la película en Cusco. Además de eso, ¿tienes algún plan de distribución?

Con “Vientos del Sur” logramos el premio de distribución del 2017 de DAFO y dentro del plan está, primero, recorrer festivales. Luego, en Cusco, vamos a realizar talleres de formación de público en colegios. Mi deseo es ir a salones de cuarto y quinto de secundaria para hablarles sobre cómo se hace cine y cómo se hizo “Vientos del Sur”. Y, en el camino, mostrarles otro tipo de cine. La idea, después, es estar en el Festival de Cine de Lima, en agosto, antes de estrenar en Cusco en septiembre. Trataremos también de doblar la película al quechua, para pasarla por todas las provincias de la región Cusco. Queremos luego llegar a Arequipa y acá en Lima tener 2 o 3 salas. Tampoco sueño tener 80 salas, porque voy a salir debiendo, y esa no es la idea.

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