En Cinta Domingo, 2 octubre 2016

Conoce las películas de Mike Flanagan, promesa del cine de terror hollywoodense

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Mike Flanagan dirigiendo a Karen Gillan en el set de "Oculus". Imagen: Cosmic Book News

Mike Flanagan dirige a Karen Gillan en el set de «Oculus». Imagen: Cosmic Book News

Escribe: Rubens Juárez (@rubensyyo)

A propósito del estreno tardío de «Before I Wake», a la cual le han puesto el horrendo título en español «Visiones extrañas», haré un repaso de la corta pero ingeniosa filmografía del norteamericano Mike Flanagan, una de esas jóvenes promesas del cine de suspenso y terror.

En alguna entrevista, escuché a Stephen King decir que los fantasmas, criaturas diabólicas y demás elementos de terror que utiliza en sus relatos no son más que una excusa, un escenario para desarrollar los problemas humanos más comunes. Para el maestro del terror, lo importante está en los personajes, en nuestra relación con ellos y con lo que pasa en sus cabezas. A oídos sordos, para Hollywood, una buena película de terror es la que genera el mayor número de sobresaltos (jump scares). Por eso llama tanto la atención cuando alguien intenta nadar contra la corriente.

Mike Flanagan es un director que hace 38 años nace en la peculiar Salem, Massachusetts. Así que las leyendas urbanas y el interés por lo desconocido marcaron su vida desde el inicio. Una adolescencia como fiel seguidor de «X-Files» terminó por delinear el destino de uno de los cineastas más prometedores que tiene Hollywood entre sus manos.

En solo 5 años, Mike Flanagan se ha hecho uno de los nombres más importantes del suspenso en la industria.

En solo 5 años, Mike Flanagan se ha convertido en uno de los nombres más importantes del suspenso en la industria.

Absentia (2011)

Este film se hizo de manera independiente, con ayuda de un crowdfunding, y nos cuenta la historia de una mujer que lleva siete años buscando a su esposo, quien desapareció misteriosamente. La cámara y las actuaciones son desprolijas en un principio, pero si nos resistimos un poco, la historia va tomando forma. Flanagan admite que siempre le atrajo la dicotomía de «X-files», donde se daba el mismo peso a lo paranormal y a lo científico; en “Absentia» realiza ese mismo ejercicio. Podría tratarse de una película de monstruos o de histeria colectiva. O podría ser cualquier otra cosa. Lo que sí, es una película distinta, que pese a lo precario, deja huella.

Por otro lado, el entonces novato director imprime su sello al otorgar gran importancia a la herida (Emotional Wound) del personaje. Porque «Absentia» también es una historia muy triste, que habla sobre la pérdida, el verdadero ente al acecho. Mike Flanagan cosecha muchos premios con su ópera prima, pero para mi, el logro más grande es haber sido calificado como refrescante.

Oculus (2013)

Después de probar que se las puede solo, Flanagan es contratado por Relativity Media, quienes le piden adaptar como película lo que originalmente era una serie de cortometrajes sobre un espejo embrujado.

El precio de inmiscuirse en las grandes ligas es dar cabida a esa fórmula convencional que él tanto criticaba. Por eso lo importante de esta película son las licencias que se toma. Lejos de conformarse con asustarnos con falsas alarmas cada tanto, «Oculus» intenta armar una atmósfera que construye la tensión en el único lugar donde se supone deberíamos estar seguros: el seno familiar. Es así que «Oculus» se cimenta en la narración y en el montaje, más que en los efectos especiales (que esta vez sí podía pagar).

Otra vez la nostalgia se apodera de la narración con el mismo peso e importancia que el ente antagonista. «Oculus» se atreve con una estructura que evita la narración lineal y nos sumerge en una travesía que salta constantemente en el tiempo, por medio de flashbacks que no son tan fáciles de identificar y que, mas bien, al final se terminan fusionando. Otra vez hay un juego entre lo que es real y los trucos que nos juega la mente, lo que combinado con la maraña de líneas temporales configuran una película que resulta ser un desafío poco común para el género.

Hush (Netflix, 2016)

Para mí, la más efectiva de su repertorio. La película, que el joven director hizo exclusivamente para Netflix, narra la historia de una escritora sordo muda que vive en medio de la nada, donde es acechada por un asesino serial enmascarado.

Sin la presión de la taquilla, Flanagan nos presenta un slasher que no pierde el tiempo en explicaciones y que nos invita a un desenfrenado, pero íntimo, baile entre víctima y victimario. La película no cambia de locación nunca, y aunque aparecen en pantalla hasta 3 personajes más, el 90% del film es sobre la persecución del gato y el ratón.

Kate Siegel es la protagonista, pero también la coguionista y, claro, la actual esposa de Mike Flanagan. Quizá por eso Siegel se muestra por demás cómoda con todo lo que hace. No solo su actuación, sino que todo lo que ordena el guión se siente tremendamente verosímil. No es la víctima tonta que se la pone fácil al asesino, sino todo lo contrario. Eso, aparte de ser algo poco común en el género, es la razón por la empatizamos con ella, por lo que nos importa todo lo que le pueda pasar. Todo lo que pasa en la película es perfectamente posible: eso hace que «Hush» sea una experiencia perturbadoramente realista.

Before I Wake (2016)

Llegamos al estreno de la semana. Un niño (el grandioso Jacob Tremblay) que tiene el super poder de volver realidad todo lo que sueña, nos sumerge también en sus pesadillas, desatando un relato que se vende como terror, pero que mas bien es otra cosa. Lo que sucede con la película es que no me resulta tan efectiva en su intención de asustarnos, porque la trama dramática es tan potente que alcanza nuestro corazón mucho más rápido. Esta vez hay un desbalance en el paralelo que tanto le encanta a Flanagan, porque no importa la música de tensión, ni el temible Caker Man: el drama personal de los protagonistas se come la película.

Cuando aparecen los créditos finales, uno queda con la sensación de haber visto una historia muy bonita, aunque nosotros pagamos por otra cosa. A diferencia de «Oculus», aquí el terror queda más cojo y termina siendo una película que no es ni una cosa ni la otra. Ojalá hubiera por allí una versión del director (director’s cut), porque tengo la impresión de que Flanagan quería hacer una película de fantasía que le hubiera quedado genial. Más allá de mis quejas, es una pieza importante en su repertorio, así que con gusto desembolse el costo de la entrada.

Ouija: Origin of Evil (2016)

En octubre se estrena «Ouija, Origin of Evil»un proyecto en el que Flanagan no quería verse involucrado. Nunca quiso hacer una secuela, sobre todo después de lo exitosa que fue la película de Stiles White (Ouija, 2014). Tampoco quería hacer una película que estaba expresamente dirigida al público adolescente, porque ya sabemos lo que espera la juventud de hoy. Pero, nuevamente, le dieron una increíble libertad creativa, así que decidió hacer algo que quería hacer hace mucho: una película sobre una madre soltera y sobre los charlatanes del espiritismo. Se puso en los zapatos del Flanagan adolescente y se preguntó qué querría ver él. Así que recordó lo asombroso que fue «Poltergeist» y «The Changeling», y no pudo resistir la tentación de hacer algo parecido. Sobre todo, porque decidió grabar la película como se hacía antes, sin steady cam ni artificios modernos. Así que la película viene con largos e imprecisos zoom in y con un interesante juego de lentes antiguos.

Mike Flanagan dice que la película está más enfocada en los efectos psicológicos y en la sugestión, que en el mismo relato paranormal. Justamente porque Flanagan es ateo, lo que lo coloca en una posición privilegiada para observar el efecto que tiene lo sobrenatural en la mayoría de las personas. Habrá que esperar a octubre para dar un veredicto. Lo que sí sabemos es que, aunque  Flanagan no sea infalible, no es de lugares comunes y entiende que el terror también viene desde el corazón, no sólo de los sentidos. Eso lo coloca en un lugar distinguido, cerca (pero no tanto) de Jennifer Kent (The Babadook) y David Robert Mitchell (It Follows), pero bien lejos de James Wan (The Conjuring).

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