cine , En Cinta Miércoles, 10 agosto 2016

Más que un biopic del poeta chileno, «Neruda» reflexiona sobre el arte de escribir

En Cinta

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Imagen: AZ Films

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Escribe: Dante Morales

Pablo Larraín nos sorprende una vez más. Con “No” (2012) y “El Club” (2015) ya nos había acercado a un cine profundamente intimista, pero a la vez crítico y de denuncia social. Con «Neruda» va un poco más allá: aborda temas humanos en una abierta confrontación con la historia de Chile, todo en clave de metaficción. Porque hablar de Pablo Neruda, ‘el comunista más importante del mundo’, es hablar de genialidad poética, de extravagancia y colorismo, de militancia política y lucha consecuente por nobles ideales.

El filme nos traslada a 1948 y nos presenta al poeta y entonces senador Pablo Neruda acusando al gobierno de González Videla de traicionar a los comunistas en el congreso. En poco tiempo esta confrontación provoca el desafuero de Neruda y su posterior orden de captura; la cinta nos muestra esta cacería de militantes del Partido Comunista por todo el país, revelando cómo eran empujados a vivir sin sus familias, miserablemente en campos de concentración diseñados por el gobierno. Pese a ello, los comunistas chilenos preparan la resistencia por órdenes de su comité central, que les da otra misión: priorizar la protección y huida del poeta Pablo Neruda. Es en ese momento que empiezan el folclore de la película, cuando un Neruda acostumbrado a vivir como los grandes burgueses empieza a sufrir la miseria de estar encerrado en una casa convencional.

Imagen: AZ Films

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Pero el elemento que más destaca durante lo que sigue del filme es esa delgada línea que separa la ficción de la realidad, casi en plan Charlie Kaufman, relativizando constantemente la existencia del co-protagonista, un prefecto de la policía (interpretado por Gael García Bernal), que es a la vez el narrador de los sucesos del filme. Desde el principio, su voz poética y los intensos vaivenes de la persecución nos hacen creer que este perseguidor no es más que una creación de la brillante mente del poeta, como un homenaje a los clásicos policiales o con la intención de musicalizar ese periodo de su historia personal. La ironía se presenta constantemente, a través de diálogos picarescos y la excéntrica vida de Neruda, quien siempre logra escapar en el último segundo. El detective intenta demostrar que en esta historia él terminará atrapando al poeta, lo cual hace que la persecución sea aún más jocosa. Este juego de verdad y ficción termine imponiendo una reflexión sobre el arte de escribir, como una idílica visión de lo que fue en vida Pablo Neruda y cómo adoptó la poesía como modus vivendi propio.

El último tramo de la película podría pecar de repetitiva, y en general la historia se desarrolla en medio de demasiada verborrea y declamación, exabruptos momentáneos del guion, pero este desorden termina siendo (como el mismo Neruda) revolucionario, atrevido y profundamente reflexivo. «Neruda» es un bello ejercicio metanarrativo que se configura como la obra más madura de Pablo Larraín y hay que resaltar también una perfecta actuación de Luis Gnecco. Todo parece indicar que esta sería una digna representante latinoamericana en la próxima temporada de premios. Y no solo eso: seguramente será una obra que perdurará en nuestra retina con el paso de los años, por su valor estético e histórico.

EL DATO: La película se proyectará este jueves 11 de agosto a las 9:30pm y el viernes 12 de agosto a las 4:30pm en el Centro Cultural de la Católica.

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