En Cinta Viernes, 1 julio 2016

¿Cuál es la mejor película de Pixar? Aquí las rankeamos todas

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Imagen: Collider

Escribe: Ernesto Zelaya (@ErnestoZelayaM)

Al cine animado nunca se le ha pedido ser muy sofisticado: su mayor función pareciera ser la de darle a los padres una herramienta para mantener ocupados a sus hijos por un par de horas; imágenes coloridas, alguna que otra canción, juguetito de por medio y ya está. Hay algunas excepciones, por supuesto. Disney, Studio Ghibli, Aardman y todas esas cintas animadas para adultos que se realizan de forma independiente en todo el mundo, que nos han regalado joyas como «Persépolis» o «Waltz with Bashir».

Sin embargo, nadie ha sabido hacer películas animadas para toda la familia como el estudio Pixar. Fue gracias a este estudio que la animación digital se popularizó tanto; pero lo más importante es que supo no subestimar a su público, entregándole buenas historias que van mucho más allá de simplemente poner imágenes bonitas en pantalla. Pixar tiene un nivel de sofisticación que su competencia –Dreamworks, por ejemplo– muy pocas veces ha podido alcanzar.

Realizar un ranking de las películas de Pixar es complicado: su nivel de calidad siempre está por arriba del promedio, aunque sea por motivos puramente visuales. Hice el intento en la siguiente lista, la cual es completamente subjetiva. No incluyo «Buscando a Dory», la cual todavía no he podido ver, ya que solo un cine de Lima la tiene en su versión subtitulada y en horarios de trasnoche.

En orden de preferencia, de menor a mayor:

16. «Cars 2» (2011) de John Lasseter

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Imagen: Pixar

La secuela de «Cars» es tal vez la única película de Pixar que se siente hecha por compromiso. El estudio no suele caer en el juego de hacer secuelas solo para lucrar, pero aquí se encontraron peligrosamente cerca. Tiene el mensaje bienintencionado de todas las películas de Pixar, pero lo pone en segundo plano para convertirse en una parodia/homenaje al cine de espías, ambientado en este mundo automovilístico. Lightning McQueen se convierte en personaje secundario y el protagonismo pasa a Mater, la grúa redneck (interpretado por Larry The Cable Guy, el estereotipo andante del norteamericano promedio), un personaje que puede ser irritante y simpático en iguales dosis. En el 2011 uno se esperaba más de Pixar, aunque poner a Michael Caine como un Aston Martin llamado Finn McMissile (¿qué otro auto podría ser un super-espía?) fue una genialidad.

15. «Bichos» (A Bug’s Life, 1998) de John Lasseter

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Imagen: Pixar

«Bichos» fue la sucesora de «Toy Story» y, en aquel entonces, Pixar aún estaba tratando de encontrar su propia voz y formar su propia identidad. «Bichos» no tiene la sofisticación de sus futuros proyectos, pero es una entretenida historia al mejor estilo de «Los Siete Samurai», donde una hormiguita recluta a unos aguerridos insectos guerreros para defender su colonia de unos malvados grillos. El problema es que estos mercenarios son en verdad bichos de circo. Vale la pena visitar este universo de insectos lleno de tantos detalles, pero el estudio mejoraría enormemente en los siguientes años. «Bichos» casi siempre es mencionada en conjunto con «Hormiguitaz», cinta de Dreamworks del mismo año con una premisa bastante similar y que solo por tener a Woody Allen como una hormiga neurótica ya optaba por ser más madura. Lo mejor: Kevin Spacey como el villano, aparentemente inspirado en Steve Jobs, lo que dice mucho de lo que pensaban los empleados de Pixar de su querido fundador.

14. «Monsters University» (2013) de Dan Scanlon

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Imagen: Pixar

Parte de la moda reciente en Hollywood de hacerle precuelas a todo, «Monsters University» no es particularmente necesaria, pero el carisma y química de Billy Crystal y John Goodman se mantiene intacto. Esta es la historia de cómo el cíclope Mike Wazowski (Crystal) y el gigante peludo James Sullivan (Goodman) se conocieron en la universidad y fueron rivales y luego mejores amigos. Una de esas historias juveniles tipo «La Venganza de los Nerds», con un grupo de desadaptados enfrentándose a los bacanes del campus, y tiene todos los clichés del género. Pero el ver a Mike y Sulley juntos de nuevo con todos sus amigos monstruos, fue como reencontrarse con viejos amigos. No, no era necesaria, pero el resultado no estuvo mal tampoco.

13. «Cars» (2006) de John Lasseter

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Imagen: Pixar

Una confesión: este humilde redactor no sabe mucho de autos y tampoco tiene mucho interés. Tal vez el no ser amante de los fierros haya condicionado mi opinión de esta película, pero lo cierto es que el concepto de un mundo habitado por autos parlantes es bastante limitado. Sin embargo, «Cars», con su buen mensaje que nos pide aprovechar la vida al máximo y saber bajar un poco la velocidad para apreciar las cosas chicas, funciona. Y es mejor cuando estas lecciones de vida son entregadas por el mítico Paul Newman, en uno de sus últimos papeles como el veterano Doc Hudson, quien es la verdadera alma de la película, más aún que Lightning McQueen o el simplón Mater.

12. «Valiente» (Brave, 2012) de Mark Andrews y Brenda Chapman

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Imagen: Pixar

«Valiente» es considerada una de las menores de Pixar, pero llamarla floja es ser injusto. Ambientada en la Escocia de William Wallace, se siente diferente al resto de los filmes del estudio. La animación para recrear esta etapa histórica es, como era de esperarse, espectacular. Y en la princesa Merida, Disney tuvo a una de sus pocas heroínas que no es una simple damisela en peligro. La pelirroja es una mujer de carácter y totalmente independiente, un muy buen personaje femenino y modelo a seguir para las niñas del público. Pero lo que debió ser una historia sobre su propia madurez emocional se convirtió en una extraña aventura sobre una reina transformada en oso. «Valiente» no fue bien recibida en su momento, pero no es una afrenta al nombre Pixar; mantiene el mismo nivel de calidad por el que se les conoce.

11. «El Buen Dinosaurio» (The Good Dinosaur, 2015) de Peter Sohn

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Imagen: Pixar

Otra de Pixar que pasó sin pena ni gloria por los cines (considerada un fracaso en taquilla, al menos en términos del estudio), «El Buen Dinosaurio» es más que nada una muestra de los avances en la animación por computadora en los últimos 20 años. El mundo prehistórico de esta cinta se siente tan real, que no es casualidad que los créditos finales sean sobre imágenes de naturaleza dignas de postal. ¿Qué hubiese pasado si el meteorito que exterminó a los dinosaurios pasase de largo? Pues los reptiles construirían su propia sociedad y los humanos se volverían animales salvajes. Es una cinta donde no sucede mucho, con pocos secundarios destacables – hay un triceratops esquizofrénico, una bandada de pterodáctilos psicópatas y unos tiranosaurios vaqueros, uno de los cuales tiene la inconfundible voz del bigotón Sam Elliott, el perfecto cowboy norteamericano – pero ninguno llega a cuajar. El enfoque de la cinta se mantiene en la relación entre Arlo y el pequeño Spot y esta compensa cualquier otra falla. Es todo un reto no echar la lágrima durante los momentos finales. Película sencilla, demasiado sencilla, pero con mucho corazón.

10. «Monsters Inc.» (2001) de Pete Docter

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Imagen: Pixar

Sí, todos aman a Boo, la pequeña niña que le derrite el corazón a Sulley. Pero dejando de lado a esta permanentemente adorable niñita, «Monsters Inc» tiene una premisa muy prometedora: un mundo de monstruos (más parecidos a versiones extremas de los Muppets que a cualquier cosa terrorífica) que utiliza los gritos de los niños humanos como fuente de energía. Resulta bastante simpático ver a criaturas de pesadilla convertidas en obreros con horario de oficina que tienen que marcar tarjeta. De nuevo, la amistad entre Sulley y Mike es el principal motor de una película (por ello, una precuela resulta aún más innecesaria) que fue el principio del cambio en Pixar hacia historias más maduras y sofisticadas.

9. «Buscando a Nemo» (Finding Nemo, 2003) de Andrew Stanton

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Imagen: Pixar

Todos querían encontrar a Nemo. Pixar se apuntó un exitazo con esta historia de un padre buscando a su hijo perdido (algo con lo que cualquiera se podría identificar). Un tremendo ejemplo de lo que es capaz la animación digital para recrear un mundo marino como pocos, en una emotiva aventura donde los mejores momentos casi siempre recaen en los secundarios: ahí está Willem Dafoe como el rudo pez de la cicatriz o las tortugas surferitas como ejemplo. Y por supuesto, la inigualable Dory, interpretada por Ellen DeGeneres, un personaje que, dependiendo de la tolerancia de uno, es una genialidad o irritante hasta la exasperación. Si Nemo no está más arriba en esta lista, es porque los siguientes proyectos de Pixar ya habían alcanzado una plena madurez de la que esta se pierde, pero por muy poco.

8-6. «Toy Story» (1995), «Toy Story 2» (1999) y «Toy Story 3» (2010)

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Imagen: Pixar

Imposible separar una de la otra, estas tres películas son la joya de los estudios Pixar, una de las pocas trilogías hollywoodenses intachables. La primera «Toy Story» no sólo revolucionó la animación digital, sino que le permitió al estudio entrar a la industria por la puerta grande. Al principio, es una simpática historia sobre la vida secreta de los juguetes, con personajes memorables como Woody, Buzz, Hamm, los señores Cabeza de Papa y toda la pandilla. Pero al ver la trilogía como un todo y llegar a su emotiva tercera parte, sus verdaderas intenciones son aparentes: esta es una película sobre el doloroso proceso de crecer y cómo conforme uno madura, las cosas cambian. Todos crecimos junto al pequeño Andy y sus juguetes y verlo dejar atrás su infancia de forma inevitable resultó muy personal para muchos. En dos años más se nos viene una cuarta parte que, estamos de acuerdo, no necesitamos para nada.

5. «Up: Una Aventura de Altura» (Up, 2009) de Pete Docter

Imagen: Pixar

Imagen: Pixar

Carl y Ellie Fredericksen eran la pareja perfecta, dos aventureros con el sueño de toda la vida de viajar a unas lejanas y exóticas cataratas en Sudamérica. Cuando Ellie repentinamente fallece, Carl decide honrar su memoria realizando el fatídico viaje, amarrando globos a su casa y flotando hacia el cielo. Los primeros 15 minutos de «Up», detallando de forma rápida y concisa la relación especial de la pareja, son, como ya se ha dicho, perfectos; una emotiva mirada a un matrimonio perfecto que pudo haber sido un cortometraje por si solo. La película se torna más fantástica una vez que aparece el boy scout gordito, Kevin el Pájaro Dodo y los perros parlantes (“¡Ardillas!”), pero dejemos eso de lado: el alma de «Up» es el viejito cascarrabias de Carl y el recuerdo de su adorada esposa, una historia madura que tuvo que competir con una aventura de corte más infantil. Uno de los experimentos más singulares de Pixar – no todas las películas animadas tienen de protagonista a un jubilado con andador – pero que dio excelentes resultados.

4. «Ratatouille» (2007) de Brad Bird

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Imagen: Pixar

«Ratatouille» es un difícil concepto para una película infantil: ambientada en el mundo de la alta cocina francesa y con una rata que sueña con ser chef como protagonista. Pero Pixar supo trabajar su magia y nos entregó esta historia sobre nunca rendirse para alcanzar tus sueños, mucho más madura que la cinta animada promedio. Remy y Linguini son dos entrañables protagonistas, pero la verdadera estrella es el crítico gastronómico Anton Ego, un tipo frío y sanguinario y que acaso representa a todos esos críticos de cine tan difíciles de convencer. Al final, Ego baja sus defensas por un plato del manjar del título en una escena de antología, recuerdo de su infancia, revindicando a la profesión del crítico; debajo de las palabras ácidas, hay un ser humano.

3. «Los Increíbles» (The Incredibles, 2004) de Brad Bird

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Imagen: Pixar

El Señor Increíble era el superhéroe más famoso del mundo, pero ahora se debe enfrentar a su mayor reto: la crisis de la mediana edad. Gordo, con calvicie prematura y retirado, este otrora superhombre no sólo debe controlar sus impulsos de volver a la acción, sino lidiar con su vida familiar: su abnegada esposa Elastigirl y sus dos hijos adolescentes, en plena etapa de rebeldía. Brad Bird nos entregó una de las mejores cintas de superhéroes que se hayan hecho, animadas o no; una historia digna del género y que además sirve como una certera e hilarante parodia del mismo. Lo mejor: la diminuta diseñadora Edna Mode y su inolvidable discurso sobre por qué es mejor que los héroes no usen capas.

2. «WALL-E» (2008) de Andrew Stanton

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Imagen: Pixar

A pesar de ser infantil, «WALL-E» nos presenta una preocupante visión del futuro que bien podría llegar a realizarse: la raza humana convertida en entes alimentados sólo por comida chatarra y televisión basura, indolentes autómatas acostumbrados a que las máquinas hagan todo. El que una cinta animada juegue con ideas como estas es prueba de la madurez de Pixar, quien no tiene miedo a los conceptos más extravagantes, incluyendo el de un robot solitario recogiendo basura en una Tierra devastada debido al maltrato hacia la naturaleza (en una introducción de 20 minutos sin ningún diálogo). Wall-E y su acompañante EVE demuestran tener más vida y personalidad que los mismos seres humanos. No es sólo una joya de Pixar; es una joya de la ciencia ficción. La escena con el entrañable robot viajando a través del universo es la definición del término “magia en el cine”.

1. «Intensa-Mente» (Inside Out, 2015) de Pete Docter

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Imagen: Pixar

Solo Pixar podría explicar conceptos psicológicos de una forma amena y entendible, con este vistazo a las emociones de una pequeña niña en pleno proceso de formación. Una película sobre el crecer y madurar, sobre las experiencias que nos forman como personas y cómo algunas van quedando en el olvido a medida que crecemos. Un film sorprendentemente melancólico sobre la inevitabilidad de convertirse en adulto, con una seriedad que más de uno no se esperaba y que la hace mucho más que una simple cinta de aventuras. Es tal vez la producción más madura de Pixar hasta la fecha y la que los consagra como líderes en el campo de la animación. Ahora, por favor, un minuto de silencio para el pobre Bing Bong.

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