En Cinta Sábado, 19 marzo 2016

Conversamos con Barney Elliot sobre «La Deuda», película que llega para calentar la temporada electoral

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Escribe: Terina Flores Castillo (@rosebud8421)

Esta semana ingresó a nuestra cartelera «La Deuda» (Oliver’s Deal), el primer largometraje del norteamericano afincado en nuestro país Barney Elliot. La cinta se grabó en Nueva York, Lima y Huaraz, y cuenta con un reparto de figuras peruanas (Lucho Cáceres, Elsa Olivero, Delfina Paredes, Amiel Cayo, Alfonso Santistevan y Javier Valdez), estadounidenses (Stephen Dorff y David Strathairn) y españolas (Alberto Ammann y Carlos Bardem), precisamente por ser una co-producción entre los tres países. Se trata de un relato coral que entrelaza tres historias, las cuales se afectan entre ellas: un melodrama que intenta mostrarnos qué tan lejos pueden llegar algunas personas para conseguir lo que quieren, en el contexto de la compra-venta de bonos de deuda de la Reforma Agraria. Una película que llega para calentar el debate a un mes de las elecciones.

Conversé con el realizador y también guionista de la cinta, quien nos revela todas las vicisitudes por las que pasó el equipo de producción para llevar a cabo esta ópera prima.

Imagen: Fig Tree Estudios

«La Deuda» se grabó en Lima, Huaraz y Nueva York. Imagen: Fig Tree Estudios

¿Cómo así llegaste al Perú?

Estaba viviendo en Londres y postulé a un programa para documentalistas en Bélgica, pero me quedé en la lista de espera: si alguien se enfermaba o renunciaba, yo recién podía entrar. En cambio, la peruana que luego se convirtió en mi esposa sí fue una de las dos seleccionadas por Sudamérica. Cuando luego viajó a Londres, unos amigos en común nos presentaron, hubo magia y nos quedamos en Inglaterra 4 años más. Luego nos fuimos a vivir a Nueva York por dos años, porque yo soy neoyorquino. Y en el 2010 decidimos mudarnos a Lima, su ciudad, y ahora este es mi hogar.

¿Por qué realizas tu primer largometraje en su mayoría en Perú y sobre una realidad peruana?

Para sentarte y escribir algo tienes que caer enamorado de eso, porque le vas a dedicar años de tu vida. Yo estaba en esa búsqueda de un tema que me enamorara, pero no conseguía nada. Un día un amigo me comentó que una fundación estadounidense estaba comprando bonos agrarios en Perú y que al hacer esto ponían en situaciones difíciles al gobierno, ya que si ellos tenían suficientes bonos podían obligarlos a pagarles cuando quisieran, porque solo así se evitaban trabas económicas internacionales. Ellos prácticamente le podían decir al gobierno que si no le pagaban la deuda, otros no le iban a prestar dinero.

La historia me capturó porque sentí mucha injusticia. La forma de crecer de un país es mediante la inversión, entonces no entendí cómo una empresa externa que no sabe nada de la situación del otro, se mete sin saber las consecuencias de esas acciones. Esa fue la semilla: sentí un fuego dentro de mí, empecé a investigar y supe que tenía que escribir al respecto.

Imagen: Viracocha Films

La peruana Elsa Olivero fue premiada como la Mejor Actriz de Reparto en el Festival de Málaga por «La Deuda». Imagen: Viracocha Films

¿Cómo hiciste para escribir una película en la que se habla inglés, castellano y quechua?

Yo escribí todo en inglés, pero obviamente requerí de ayuda con la traducción con respecto a las partes en castellano. Con el quechua no tuve tanta ayuda, simplemente confié en que los actores lo estaban diciendo correctamente. Yo le dije a Amiel Cayo que busque la esencia de lo que necesitaba decir en quechua y que me dé lo mejor. Solo miraba la acción y le daba notas.

«La Deuda» es una co-producción entre Perú, España y Estado Unidos. Cuéntame un poco sobre ese proceso.

Al comienzo solo éramos mi productor neoyorquino y yo, con quien somos amigos desde el colegio. Siempre supimos que trabajaríamos juntos en algún momento, y cuando le presenté el guion me dijo que él quería hacerla conmigo. Él ya había hecho 5 o 6 largometrajes antes de llegar al mío, por eso sabía que podía aportar con su experiencia. Con su empresa consiguió más de la mitad del presupuesto, unos 2 millones de soles aproximadamente. En ese proceso de búsqueda llegamos a España, donde me propusieron vivir en Barcelona durante todo el proceso del post-producción e incluir a artistas españoles durante todos los procesos: dos actores y 6 personas en el equipo principal. Tuvimos suerte.

Imagen: Viracocha Films

El norteamericano Stephen Dorff estuvo en nuestro país hace un par de años grabando «La Deuda». Imagen: Viracocha Films

¿La presencia de Stephen Dorff estaba considerada desde el principio? ¿Cómo así llegaste a él?        

La verdad es que, aparte del proceso de escritura del guion, lo más difícil fue conseguir un actor principal. Yo no soy nadie en la industria hollywoodense: tengo cortometrajes, pero para conseguir un actor de renombre mediante el star system es súper complicado, ya que es un sistema de filtración en donde tienen niveles en los que los agentes sitúan a sus actores.

Tuve una lista al comienzo en la que incluía a Ewan McGregor y a Eric Bana, pero nos rechazaron. Luego empezamos a buscar opciones más razonables y en ese momento aceptó trabajar con nosotros Simon Baker (The Mentalist), pero a los tres días salió del proyecto. También estuvimos en pre-producción con Edward Burns, que incluso nos ayudó a hacer una fiesta para conseguir dinero de inversionistas. Estuvimos un mes aquí en Lima, gastamos más de 100 mil dólares, y en la marcha nos llama su agente a decirnos que tenían que salir del proyecto por temas familiares.

Empezamos a buscar como locos un actor principal y el mismo manager de Simon Baker nos dice que también es manager de Steven Dorff y que nos lo recomendaba. Hable con él, vi «Somewhere» de Sofía Coppola y quedó. Creo que él aporta mucho porque tiene muchos recursos como actor.

El slogan de la cinta es: ‘Cada decisión tiene sus consecuencias’. «La Deuda» es una película que parte de la historia de individuos que, tras tomar decisiones propias, terminan generando consecuencias colectivas. ¿Tiene algo que ver esto con el estilo que en algún momento propuso Iñárritu en «Babel» o Haggis en «Crash»? ¿Cuáles son tus referentes?

Obviamente yo he visto esas películas y sé también que la gente las conecta. Pero esto de que las historias se cruzan es un recurso antiguo como recurso narrativo. Cuando vi «Babel» pensé que fue una gran película, en cambio no me gustó «Crash»: muy Hollywood, muchos temas de racismo para mí, pero bien jugada. Durante el proceso de escribir «La Deuda», estas películas no fueron parte de mi proceso creativo, pero las imaginaba en el fondo de mi cerebro, ayudándome a entender cómo escribir un guion de historias cruzadas.

Imagen: Viracocha Films

El rodaje de «La Deuda» también llevó a Stephen Dorff por Huaraz. Imagen: Viracocha Films

«La Deuda» es una película bastante política. ¿Fue calculado el tener fecha de estreno comercial a un mes de las elecciones?

En verdad, eso fue decisión de la distribuidora. Ellos me dijeron que sería de mucho provecho estrenar en el marco de las elecciones. Cuando yo oí esta estrategia, a mí me pareció que tenía mucho sentido ya que la gente está atenta a las cosas políticas y mi película es política. Creo que está muy bien estrenarla así, porque lo que queremos es que la vean la mayor cantidad de personas posibles.

¿Como escritor, tuviste algún tipo de postura dentro del debate de la reforma agraria que se refleja en la película? ¿O crees que está abierta a la interpretación, salpicando posiciones para que se genere una de polémica?

Esa es una muy buena pregunta. Cuando yo escuché la historia de los bonos, solo juzgaba el hecho de lo que me parecían estas empresas compradoras de bonos. Estaba lleno de fuego juzgando a los gringos aprovechados y creo que esto fue, en el proceso de escribir, lo más difícil de soltar. Trabajando con gente que tiene más experiencia que yo, aprendí que no podía juzgar a mis personajes, que tengo que amarlos a todos. Esto fue muy complicado para mí, no lo entendía bien, pero finalmente me di cuenta que tengo que mostrar sin juzgar y tratar de retratar a mis personajes lo más auténticos posibles para que la audiencia tome sus propias decisiones y posturas. La verdad es que no me gusta nada lo que hacen los bancos, pero fue la primera vez que escribía algo tan complejo. Ojalá que esta película logre hacernos pensar a todos sobre este tema de alguna manera: espero que haber logrado mi trabajo.

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