cine , En Cinta Sábado, 26 diciembre 2015

Todo lo que necesitas saber sobre la taquilla del cine peruano en el 2015

En Cinta

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Asu Mare 2

Que «Asu Mare 2» sea la película peruana más taquillera del año es solo el inicio de esta historia.

Escribe: Alberto Castro (@mczorro)

Se termina el 2015 y toca revisar lo que sucedió con la producción nacional en su paso por carteleras comerciales, sobre todo en un año en el que se elevó notablemente el número de películas estrenadas: fueron 29 las películas peruanas que llegaron a los cines, superando ampliamente las 17 películas peruanas que se estrenaron el año pasado (2014) y las 12 películas que llegaron a los cines en el 2013. La aumenta de la oferta de cine peruano podría entusiasmar a muchos que señalaban desde el estreno de «Asu Mare» hace dos años que se avecinaba una época de gloria y boom del cine nacional, pero hay que revisar muy de cerca las cifras para descubrir el verdadero panorama: nos faltan kilómetros para si quiera pensar en una industria sostenible.

Aunque es imposible negar la satisfacción que me da (al menos a mí personalmente, hay muchos críticos y especialistas de miradas mucho más pesimistas, a los cuales citaré en este artículo) el haber tenido ese robusto número de películas peruanas en cartelera. Un dato adicional: en total fueron 62 las películas peruanas estrenadas este 2015, si es que contamos también las que se pasearon los festivales locales y circuitos alternativos.

¿Qué tanto se acercó el «cine peruano» a su público este año? Me toca analizar las cifras.

La comedia (y Cachín) siguen reinando

cataclaun

En total fueron 5 millones 603 mil 87 las entradas vendidas para el cine peruano en los últimos doce meses del año. ¿Cifra histórica? Claro que sí. (Falta contabilizar el último estreno peruano del año, «Cascanueces», que ingresó a carteleras esta semana y viene sumando 12 mil espectadores a la fecha de cierre de este artículo).

Este año se estima que cerraremos el año con 46.3 millones de espectadores a los cines en todo el país: de ese total 12.1% de espectadores optaron por cine peruano. El porcentaje es superior al de películas peruanas estrenadas: de las 288 películas exhibidas en cartelera comercial este año, 10.1% fueron producciones nacionales. Pero si quitamos a «Asu Mare 2» del mapa, el porcentaje se pone peor: solo 5.6% del total de espectadores al cine este año fueron a ver una película peruana (que no sea «Asu Mare 2»).

Taquilla Perú 2015

Asistencia al cine peruano en el 2015.

Por tercer año consecutivo, una película peruana se corona como la más taquillera del año: «Asu Mare 2» recoge la corona de «A los 40» y «Asu Mare», para alcanzar un nuevo record histórico de asistencia en nuestro país con 3 millones 82 mil 942 espectadores. Esto no hace más que ratificar el poder de la comedia con nuestro público: fueron 4 millones 458 mil 152 las entradas vendidas este año para 8 películas peruanas de comedia.

Claro que aquí hay que anotar un nuevo sub-género: la comedia con Cachín, la cual llevó al cine a 3 millones 823 mil 592 espectadores a la hora de sumarle lo recaudado por «Lusers». Si bien Carlos Alcántara aún no llega a ser universalmente atractivo para el peruano promedio (recordemos la buena, pero no exorbitante, cifra de «Perro Guardián» el año pasado), el público no duda en que logrará hacerlo reír si es que protagoniza una comedia. Ni «Macho Peruano Que se Respeta», ni «El Pequeño Seductor», otras dos comedias encabezadas por comediantes populares, uno incluso con fuerte presencia en la señal abierta, pudieron si quiera acercarse a lo conseguido por el ex-Patacláun.

«Asu Mare 2» es el gran problema a la hora de analizar las cifras, ya que representa el 55% de la asistencia total del cine peruano este año. Es más, las comedias con Cachín significan casi el 70% del total del consumo de producciones nacionales este año. Esa idea de que si la gente se atrevía a ver un «Asu Mare» podía atreverse a ver un «Magallanes» o un «NN: Sin Identidad» queda una vez más refutada: no hay chorreo hacia otro tipo de cine, el gran público quiere eso y parece no darle demasiada oportunidad a otras películas, peor aún cuando las cadenas de cine no se lo permiten. Pero a eso llegaremos más adelante.

¿El terror empieza a debilitarse?

Matías Raygada - Julio escucha un extraño sonido - Cementerio General 2

«Cementerio General 2» no alcanzó las exorbitantes cifras de su primera parte.

El otro género de alto consumo en nuestro país es el terror, uno que llevó a 588 mil 992 espectadores este año. El 2015 fue el año en el que los dos tanques del 2013 («Asu Mare» y «Cementerio General») estrenaban sus secuelas esperando cautivar al mismo público: la primera superó su propio record histórico, la segunda sufrió con el estigma de un público insatisfecho. Es imposible no sentir que la aceptación del terror peruano viene en caída, luego de que «Cementerio General» llevara a casi 800 mil espectadores en el 2013, «Secreto Matusita» metiera más de 500 mil espectadores el año pasado y ahora «Cementerio General 2», la película peruana de terror más taquillera del año, sufriera por alcanzar los 350 mil. Ricardo Bedoya comenta al respecto lo siguiente:

Ya había ocurrido con las películas de animación. Luego de un arranque auspicioso en taquilla, los siguientes estrenos animados estuvieron por debajo de las expectativas de ingresos. Este año lo hemos visto con el terror. El éxito de «Cementerio general» (2013) y «Secreto Matusita» (2014), en los años anteriores, impulsó una seguidilla de estrenos terroríficos -en todos los sentidos del término- que no logró colmar ni las salas de cine ni los deseos de sus productores. ¿Qué pasó? ¿Las fórmulas genéricas se desgastaron con rapidez? ¿El público se hartó de los “fakes”? ¿La saturación es veloz en un mercado estrecho como el peruano?

La comedia es el género masivo por excelencia (si es familiar, mucho mejor aún), mientras que el terror tiene un público continuo, pero no transversal en demográficos. En el Top 10 de películas más vistas del año no encontraremos ni un solo título de terror, lo cual demuestra que el género tiene adeptos constantes, pero no masivos. Solo un suceso como «Annabelle» pudo convocar más de un millón de espectadores el año pasado, con todo y el mito generado alrededor de su protagonista inanimada. En los últimos años, los curiosos que se acercaban a una producción nacional en el género de terror han ido desanimándose y lo que ha sucedido es que los números que les quedan son básicamente los mismos que consumen terror en general (de aquí y de todas partes del mundo). Ese diferencial de ser «peruana» se ha difuminado.

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Aunque no le haya ido necesariamente bien en taquilla, «Al Filo de la Ley» ya alista secuela.

Esos son los géneros que funcionan en nuestro país, pero no los únicos de convocatoria masiva que hemos visto en pantalla gigante este año. «Al Filo de la Ley» y «Desaparecer» plantearon esfuerzos de acción con las suficientes caras conocidas (la primera) y los valores de producción (la segunda) como para enganchar con el público, pero ninguna alcanzó cifras demasiado elevadas. (Aunque la gente detrás de «Al Filo de la Ley» está más que contenta con lo recaudado, al punto que estrenarán una secuela titulada «Más Allá de la Ley» el próximo año). El año pasado «F-27» y «Perro Guardián» ya habían demostrado que la acción/suspenso tenían sus límites en cuanto a convocatoriaAl respecto, comenta Bedoya:

Hay otras señales que llaman la atención: una película de acción y suspenso como «Desaparecer», de buen empaque de producción y lanzamiento comercial amplio, tampoco logró el objetivo comercial que buscaba. Y «Lusers», a pesar de obtener buenos resultados en la taquilla local -ya que no en Chile, uno de los países coproductores-, quedó por debajo del millón de espectadores previsto.

El fenómeno de «Lusers» es de interesante análisis, ya que si bien es la segunda película peruana más vista del año, se trata de la primera comedia con Cachín que no alcanza el millón de espectadores. Los más de 740 mil espectadores que alcanzó son un número envidiable, pero tal vez inferiores a lo que el monstruo taquillero nos había acostumbrado.

Hay que celebrar el ingreso de tres documentales nacionales a cartelera comercial (es más, son los únicos documentales de cualquier procedencia que se pasearon por los cines), los cuales acumulan 50 mil 843 espectadores este año. «Blanquiazul: El Sentir de una Nación» fue el documental más visto del año (y de la historia, superando la marca que había impuesto «Sigo Siendo» hace dos años), apelando a la hinchada aliancista que respondió; por otro lado, «Avenida Larco: La Película» sobreestimó a los fanáticos de Frágil y se hundió en un estreno demasiado grande para lo que en verdad necesitaba.

Lo más visto en cines peruanos en el 2015

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Nosotros celebramos que «Intensa-Mente», una de las mejores películas del año, figura en este listado.

Lo que queda claro es que el peruano promedio asiste al cine a ver comedias, por encima de todo, y busca experiencias familiares. Eso es aún más evidente al revisar el ranking general de las 10 películas más vistas del año en nuestro país.

Taquilla General 2015

Solo una película peruana en el listado («Asu Mare 2»), dos franquicias que nunca fallan por estos lares («Rápidos y Furiosos 7» y «Avengers»), ‘La Roca’ o el actor por excelencia amado por el Perú («Terremoto»), una saga que apelaba a la nostalgia («Jurassic World», una característica que hará que «Star Wars: El Despertar de la Fuerza» ingrese a este listado en las próximas semanas) y 5 películas animadas («Minions», «Hotel Transylvania», «Intensa-Mente», «Bob Esponja» y «Pingüinos de Madagascar»).

La teoría del gerente de Cineplanet que el peruano solo consume productos familiares, facilistas y de final feliz, parece ratificarse con este ranking. Pero hay películas peruanas que se oponen a este esquema que han sabido defenderse en circuitos reducidos y a eso llegaré en un momento.

2015 vs. 2014

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Cachín por todos lados.

Este año, la audiencia del cine peruano fue histórica, como ya había mencionado: esas 5 millones 603 mil 87 entradas vendidas superan a las 3 millones 835 mil 921 entradas del año pasado y las 4 millones 35 mil 171 entradas del 2013. El problema llega cuando comparamos la cantidad de estrenos: este año se estrenaron 12 títulos más que el año pasado y más del doble que en el 2013. La oferta no está creciendo al mismo ritmo de una demanda que, muchos especialistas indican, no existe. Once películas estrenadas este año no llegaron ni a los 10 mil espectadores. Y que dos películas («Asu Mare 2» y «Lusers») representen casi el 70% de la asistencia del cine peruano, significa que los otros 27 estrenos tuvieron que contentarse con fracciones mucho más pequeñas.

Esto es lo que escribí sobre la taquilla del cine peruano del 2014

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Así fue la taquilla peruana del 2014.

Al final, ese alto número de estrenos nacionales que tanto celebramos este 2015 termina achicándose frente a las cifras reales de consumo. Isaac León Frías comenta al respecto:

Antes se pensaba que en el mejor de los casos llegaríamos a tener entre 12 y 15 estrenos comerciales al año. Ahora, la tendencia es al aumento. ¿Hasta dónde? Hasta donde lo permita el mercado, evidentemente.

En ese mismo artículo (el cual les recomiendo que lean), el especialista recuerda el auge del cine de Amauta Films antes de ser paralizado por la Segunda Guerra Mundial, las películas que llegaban de la mano de sucesos televisivos en los 60s o la proliferación de estrenos nacionales alrededor de la Ley de Cine impuesta por el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado. Esta nueva ilusión de bonanza en la que estamos metidos podría sostenerse un par de años más, hasta que esa ausencia de chorreo real hacia otro tipo de cine termine de pinchar el globo y toda la producción (o la gran mayoría) se aboque a esfuerzos de consumo masivo únicamente. Y los cines podrían empezar a cerrarle las puertas a otro tipo de películas (como ya empezaron a hacer).

El otro cine: boca a boca

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«Magallanes» aguantó ¡¡8 semanas en cartelera!! gracias a un intenso boca a boca.

Ricardo Bedoya es otro especialista que mira con pesimismo (y, sin duda, le sobran motivos) la situación actual del cine peruano y su consumo:

¿Existe una audiencia para el cine peruano? No, no existe. Existe público para cierto tipo de cine peruano: el que llega a las salas contando con una masiva promoción mediática, gracias al apoyo de las marcas involucradas en la producción. Y el que apela a los imaginarios de la televisión. Las tres películas más exitosas de la historia del cine en el Perú [N.E.: Asu Mare, A los 40, Asu Mare 2] lanzan guiños a la generación “Pataclaun”. Esa que creció durante el caos y la violencia, pero que ya no quiere recordarla.

Pero deberíamos tratar de entender ese rechazo del público a su cine. Dos tipos de prejuicio se imponen a la decisión de compra. El primero, asentado en la producción de los 80s y 90s, quizás, asegura que el cine peruano está dedicado enteramente a hablar sobre terrorismo y abusa de la violencia, el sexo y las lisuras. Sobre el cine que habla sobre el terrorismo ya he escrito, un fantasma que (casi) siempre bañará nuestras historias al ser parte de nuestra identidad. Sobre la violencia y el sexo, este año podríamos incluir en ese grupo a «Al Filo de la Ley», «Atacada: La Teoría del Dolor», «Poseídas» y «Muerte en los Andes», pero el resto no son ni particularmente violentas, ni particularmente sexuales. Es fácil entender por qué el público no tiene demasiados reparos a la hora de elegir una película con Cachín, ya que les asegura entretenimiento blanco (aunque, curiosamente, «Asu Mare» desde el título ya parte de una lisura criolla y la película está llena de ellas).

El otro gran prejuicio viene de la mano del suceso «La Teta Asustada» del 2009. El Oso de Oro del Festival de Berlín y la nominación al Oscar hicieron que un buen número de espectadores corrieran al cine a verla, sin importarles más sobre específicos de la historia (el Oscar ha funcionado como un buen movilizador de público en nuestro país desde siempre). Lo que encontraron fue una película de autor alejada de las convenciones genéricas que los asustó: ese «otro cine» se vio relegado a un público minoritario.

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Junto con «NN: Sin Identidad», «Hija de la Laguna» ha sido la gran guerrera en la taquilla peruana del año.

¿Cuáles han sido las consecuencias de estos prejuicios a la hora de escoger una película peruana como la primera opción para ir al cine un fin de semana? Aquellas de maquinaria de marketing «blanca» se salvan, así como las comedias y las cintas de animación (con excepciones, claro está). El cine que se pega al drama o se aleja de los géneros necesita del llamado boca a boca para que aparezcan nuevos espectadores interesados. Un espectador promedio no se anima así no más a ver «Magallanes», «NN: Sin Identidad», «Ella & Él» o «Hija de la Laguna» hasta que otra persona (no un crítico o especialista, sino alguien de su confianza) le diga que debe acercarse a verla. Estas cuatro películas (sobre todo, la primera) lograron beneficiarse de los buenos comentarios del público para aguantar a la competencia y llenar de público las pocas salas en las que se estrenaban (ojo que el boca a boca también funciona con las películas de vocación más masiva, como «Asu Mare 2», «Lusers» o «Como en el Cine» este año).

Lo normal es que el grueso de recaudación de una película se concentre en su primer fin de semana, el cual suele representar entre el 35% y el 50% del total de asistencia. En el siguiente cuadro, les muestro el porcentaje que representa esa apertura frente al total de espectadores y notarán que son cuatro las películas de estreno no-masivo las que pudieron extender sus recaudaciones en el tiempo y se apoyaron en el boca a boca. «Magallane es un caso excepcional.

Boca a boca

El problema es el sistema que impera en la exhibición cinematográfica: si una película no funciona extraordinariamente bien en su primer fin de semana, en su segunda semana sufrirá las consecuencias, sin reparos. Pero aquí aparece un término que se puso de moda este año: el promedio por sala. Esa es la mecánica a la que han jugado estas películas evidentemente no-masivas para poder sobrevivir ante una fiera competencia comercial: tanto «NN: Sin Identidad» como «Hija de la Laguna» como «Ella & Él» y «Magallanes» (esta última sí tuvo un estreno un poco más grande de 30 pantallas, las anteriores no superaron las 10 pantallas) prefirieron concentrar su estreno en pocas salas para que su promedio por sala sea alto (y, en muchos casos, hasta más alto que los de tanques gringos) y así pudieron permanecer muchas semanas en cartelera.

masivo vs reducido corregido

«Magallanes» empezó tibia y perdió al toque la mitad de sus salas: pero en las semanas consecutivas la gente no paraba de hablar de lo buena que les parecía, lo cual devino en los sorprendentes casi 89 mil espectadores con los que salió de cartelera. La película aguantó dos meses en cartelera, una cantidad de tiempo solo comparable a la de «Asu Mare 2» y «Lusers», las cuales también gozaron de muy buena aceptación del público.

«NN: Sin Identidad» e «Hija de la Laguna» fueron las grandes guerreras del año, películas que lograron hacer más espectadores que otras que se estrenaron en cinco veces más salas (como «Planta Madre», «Avenida Larco: La Película» o «La Navaja de Don Juan»): la primera se apoyó en un boca a boca que se forjó tras su envío al Oscar 2016, mientras que la segunda se supo mover muy bien en redes sociales (con un trailer que «le ganó a Asu Mare»). Estas películas demostraron que hay un cine peruano ajeno a las fórmulas de comedia o terror que necesita calentarse un poco para encontrar a su público: algunas cadenas y complejos se arriesgaron con ellas, otras prefirieron dejarlas pasar. Bedoya comenta al respecto:

«Magallanes» hubiera pasado desapercibida si una cadena no le hubiera dado la posibilidad de mantenerse en cartelera cuando recién empezaba a hablarse de ella.

Aquí hay un factor adicional que mencionar que es el de la distribución, pero sobre eso hablaré en un momento. Hay que mencionar también el caso de «Encadenados», la cual tan solo se estrenó en Arequipa y consiguió un cifra nada despreciable.

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El envío al Oscar 2016 ayudó a que «NN: Sin Identidad» generara curiosidad en los espectadores.

Si bien estas películas pueden inflarse con el tiempo, no vamos tampoco a asegurar que van a convocar millones de espectadores. Tampoco, tampoco. Como mencionó Enid ‘Pinky’ Campos en una entrevista:

Yo considero que hay un público de 50,000 personas que consume cultura aquí. Es la gente que llevó a las salas de cine “Días de Santiago” y “Madeinusa”.

Digamos que es un promedio de 50 mil espectadores el que se atreve o le interesa acercarse a ese otro cine. Es una valla aproximada superada por «Magallanes» (lo cual demuestra que un público adicional se interesó en ella). Es una cifra a la que se acercan “El Elefante Desaparecido” (47 675 espectadores el año pasado), “Contracorriente” (casi 50 mil espectadores en el 2009) y “El Evangelio de la Carne” (61 223 espectadores en el 2013), todos fenómenos que contaron con un gran boca a boca que hizo que se mantuvieran una buena cantidad de semanas en cartelera. Películas como «NN: Sin Identidad», «Ella & Él» o «Hija de la Laguna» no pueden ni acercarse a este número, ya que se tratan de propuestas menos narrativas o convencionales (dentro de todo, «Magallanes» es un melodrama narrativo que logra arrancar lágrimas). Lo cual ya marca una sub-división más dentro de este otro cine.

Lo curioso es que películas como «Dioses» (89 172 espectadores en el 2008), «La Teta Asustada» (mucho más de 200 mil espectadores), «Días de Santiago» (40 mil espectadores) o «Madeinusa» (53 mil espectadores) superaron ampliamente esta valla y estoy seguro de que si se estrenaran en estos años de «bonanza del cine comercial peruano» llevarían a muchísimos menos espectadores. ¿Qué pasaba antes? Los estrenos peruanos eran eventos tan aislados que su sola aparición en cartelera ya era un evento y podía convocar más gente (además de sobrevivir más tiempo en cartelera, ya que la competencia feroz de los multicines no alcanzaba su máxima agresividad todavía). Por ejemplo, «Paloma de Papel», una película que generó una conmoción unánime como «Magallanes» este año, llevó a 248 mil espectadores en el 2003, una cifra inalcanzable hoy en día para este otro cine (ni «Perro Guardián» con su Cachín, ni «F-27» con sus aliancistas, pudieron ni acercarse a los 200 mil espectadores el año pasado).

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«Dos Besos» sufrió por encontrar su lugar en unos meses en los que tuvimos hasta 5 películas peruanas a la vez en cartelera.

Si bien no existe un «público para el cine peruano», como ya citamos a Ricardo Bedoya en este artículo, las películas peruanas de este otro tipo de cine (no comedias o de terror) sí se pelea por un mismo público. Son películas que se comen entre ellas. Son películas que deben pelearse las mismas salas en Cineplanet Alcázar, UVK Larcomar o Cineplanet San Miguel (este último tiene la ventaja de tener el doble de salas del común de cines en el país). Al final esta ebullición de películas peruanas, que ya no están condenadas a un único espacio temporal de exhibición (antes siempre se estrenaban de agosto a noviembre) sino que se esparcen por todo el año, terminan haciéndose daño entre ellas y algunas (las mejor recibidas o las de narrativas más convencionales) terminan imponiéndose a las propuestas más arriesgadas.

Y a esto hay que sumarle la desconfianza de un sistema de cines que prefiere asegurarse con el mismo tipo de película de siempre y que no ve la oportunidad que este otro tipo de cine plantea. El Festival de Cine de Lima es el máximo ejemplo de esto: salas llenas en todos los horarios de lunes a domingo (algo que NUNCA sucede en semanas normales) con gente que busca otro cine, otras opciones. Un público minoritario, sí, pero una oportunidad por la que apostar. UVK Multicines y Cinemark se dieron cuenta de esta oportunidad: la primera empezó a rescatar películas canceladas en nuestro país («Nymphomaniac», «Él me Nombró Malala» y el próximo año rescatarán «Anomalisa» de la muerte; también fueron el principal bastión de «Hija de la Laguna» y «NN: Sin Identidad»), mientras que el segundo encontró un segmento ávido de consumir clásicos del cine. Ricardo Bedoya añade al respecto:

Sin duda, queda el camino pendiente de la formación de públicos. Para ello se requiere un cine comercial que se arriesgue a algo más que exprimir la receta del éxito anterior –o a envilecerla, como en el caso de esos vehículos fílmicos al servicio de algunos cómicos televisivos- , pero también de películas de perfiles distintos, que necesitan de un tiempo para construir su audiencia.

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¿Llegará el día en el que podamos hacer una película como «El Clan» y vayan más de 2 millones de personas a verla?

Esa construcción de públicos es algo sobre lo que todavía hay harto que discutir. Sin ser aún sistemas perfectos, en Argentina una película como «El Clan» puede convocar a más de 2 millones y medio de espectadores y en Colombia un DOCUMENTAL como «Colombia: Magia Salvaje» puede llevar a más de 2 millones 300 mil espectadores.

El factor distribución

La etapa de la distribución es importantísima para entender la situación de cine peruano enfrentado a la cartelera comercial actualmente: se trata de ese intermediario que negocia con el cine, apoya en la elección de la fecha de estreno y armar un plan de alcance de la película. El año pasado ya había demostrado que sin las majors (los estudios encargados de traer los grandes blockbusters extranjeros y que manejan esa logística de estreno), muchas de las películas peruanas no hubiera podido estrenarse comercialmente. Este año se repite el panorama con algunas modificaciones:

Distribucion

New Century Films (la cual representa a la 20th Century Fox y Warner Bros en nuestro país) nuevamente domina el panorama de distribución de películas con el 58.3% de los espectadores totales, al tener bajo su mando a «Asu Mare 2». Pero fuera de ella, ni «Al Filo de la Ley», «El Beneficio de la Duda» y mucho menos «Avenida Larco» representaron películas con buena convocatoria de público: sin «Asu Mare 2», New Century se hubiera contentado con el 5% del total.

UIP (representante de Paramount y Universal) mantuvo el 10% de la asistencia total del cine peruano este año, principalmente gracias a las cifras de «Cementerio General 2» y «Atacada: La Teoría del Dolor» (sorpresa esta última, un drama que, apoyado en la figura mediática de Aldo Miyashiro, logró convocar más gente de lo esperado). New Century y UIP han dominado la escena de distribución de cine peruano durante los últimos dos años, pero este 2015 aparecieron dos jugadores más que movieron un poco las cosas.

BF Distribution fue la gran sorpresa del año al convocar a casi el 20% de las entradas vendidas para el cine peruano. La distribuidora representó a dos películas de Tondero (una empresa que años anteriores había trabajado exclusivamente con New Century): «Lusers» y «Magallanes»; y una de Señor Z (otra empresa que había trabajado con New Century, ¡ajá!): «Como en el Cine». La ventaja de BF Distribution: al ser socia de la cadena Cineplanet, podía garantizarle una mayor permanencia en cartelera, además de una presencia invasiva en sus cines (con trailers, afiches, promociones, combos, etc), algo que fue aprovechado en los tres casos para formar un buen boca a boca. Ojo que la movida de Tondero tuvo que ver con una estrategia para estrenar «Lusers» en Chile, ya que BF distribuye películas por allá también: en el 2016, Tondero planea regresar a New Century con sus nuevos proyectos.

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Gracias Star Films por regalarnos… esto.

Star Films es el otro jugador que se potenció este año y sus ventajas tiene elementos similares a los de BF ya que ellos son parte de la cadena Cine Star, con lo cual aseguran su permanencia en aquellas salas. Pero Star Films tiene un elemento adicional: también aparecen como co-productores de películas como «El Pequeño Seductor», «La Entidad» o «Macho Peruano que se Respeta». Se trata de una distribuidora que hace las veces de productora y exhibidora, por lo que el pedazo de torta que le cae es mucho mayor (recordemos que el precio de la entrada se divide entre productor, distribuidor y exhibidor). Star Films así aprovecha a un público definido (uno más popular, seguidor de determinadas estrellas de la televisión) para invertir en proyectos baratos con ellos y poder protegerlos en sus salas. Para que se hagan una idea: el próximo año preparan «Hasta que la Suegra nos separe» con Carlos Álvarez.

Con todo lo que queremos a CineColor por ser los responsables de traer las películas de Disney (Marvel, Pixar, LucasFilm), aún no encuentran suerte con el cine peruano: «Planta Madre» se tuvo que contentar con una cifra minúscula, al igual que «El Mudo» el año pasado.

Finalmente, el lado oscuro de la distribución lo encontramos en el grueso de películas estrenadas independientemente. Si este año se han estrenado 29 películas peruanas en circuito comercial ha sido gracias a este creciente número de películas estrenadas sin distribuidor. Es por eso que duele ver que estas 10 películas apenas representan el 1.2% del total de asistencia del cine peruano del año.

Sin el Estado, estas películas no se hubieran estrenado

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«Climas» es una de las 5 películas peruanas que ganaron el premio de distribución del Ministerio de Cultura.

El papel del Estado termina siendo primordial para que el cine peruano no se base en Cachín, la Carlota y el Chato Barraza turnándose espacio en pantalla gigante, sin posibilidad a nada más. Y es que no hay industria auto-sostenible (nadie todavía puede invertir y recuperar con la suficiente ganancia como para invertir de nuevo), sino esfuerzos aislados. Isaac León Frías comenta al respecto lo siguiente:

¿Se está construyendo una industria? Hay una empresa con un proyecto industrial, Tondero Films, pero no puede marchar sola en ese empeño. Otras, como Big Bang Films, quieren seguirle los pasos a una cierta distancia. Pero el mercado peruano es insuficiente. Si en la misma Argentina, con más de 150 estrenos nacionales el año pasado, se discute la pertinencia de hablar de una industria fílmica local, cuando un alto porcentaje de esa producción no supera la cifra de diez mil espectadores, aquí estamos muy lejos de entrar en discusiones de ese tipo.

Hablemos de Tondero entonces, ese baluarte de los que aseguran que sí se puede hacer cine sin el apoyo del Estado: las marcas aportan a sus aventuras más comerciales y, si bien también apoyan en las películas más pequeñas, independientes, de corte autoral, para representación en festivales internacionales, no es suficiente para solventar películas por sí mismas. «Magallanes», elegida por el público como la mejor película peruana del año, hubiera sido IMPOSIBLE sin los fondos de la DAFO, el fondo Ibermedia y el premio Cine en Construcción de San Sebastián. Estamos hablando de la misma empresa que hace «Asu Mare» y que tiene asegurado el financiamiento de dos películas comerciales para el próximo año, la cual por un tema de fondos tuvo que esperar hasta el 2015 para estrenar «Magallanes», cuando su plan original era lanzarla en el 2014.

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En el cuadro anterior he resaltado las cinco películas que se beneficiaron con el premio del Concurso de Distribución que organiza el Ministerio de Cultura que no solo aporta monetariamente a la posibilidad de un estreno comercial, sino que LO EXIGE. Sin este fondo del Estado, estas cinco películas nunca hubieran visto la luz, o se hubieran demorado años en encontrar asidero en el apoyo privado. Este mismo premio ya aseguró el estreno de películas como «Videofilia (y Otros Síndromes Virales)» y «La Última Noticia» para el próximo año.

Es importante resaltar la labor del Ministerio de Cultura y la DAFO estos últimos años: el gobierno de Ollante Humala es el primero en cumplir con el presupuesto completo que indica la actual Ley de Cine (digo «indica», porque no necesariamente «exige», como sucedió en gobiernos anteriores que no destinaron el presupuesto completo a los concursos de cine). Eso no significa que el presupuesto no haya llegado con demoras y enredos burocráticos.

Pero fuera de la expansión de rubros en el fomento del cine (regional, experimental, para las diferentes etapas de la producción), el Estado sigue sin hacer presencia en la última etapa del quehacer cinematográfico, que es el de la exhibición (al menos en la distribución algo aporta). No hay mecanismos de defensa, no existen contratos formales que aseguren los tratos con los complejos de cine, ya que todo sigue basándose en la confianza de las palabras. Más allá de las discusiones de cuota de pantalla, es urgente buscar esta formalización en la última etapa de hacer películas. Y empezar a debatir sobre ese engorroso acceso a los circuitos comerciales.

DAFO-Peru

Christian Wiener, ex-director de industrias culturales y artes del Ministerio de Cultura, comenta lo siguiente:

No faltan voces que reclaman no insistir en leyes de cine y cuota de pantalla, si el cine peruano llega al público cada vez más, lo que no es tan cierto en todos los casos y películas. Más allá de los números, si uno analiza en profundidad y contexto, esta bonanza no parece tan sólida ni duradera como aparenta, en la medida que se apoya en bases endebles y en muchos casos, de muy corto plazo.

Recordemos que estamos ad portas de elecciones, con predominio de candidaturas neoliberales y en pleno desaceleramiento de la economía, lo que podría traducirse en recortes a las subvenciones al cine como ya ha sucedido en España, Argentina y Brasil. Lo más grave, empero, es que ello sirva para una nueva arremetida ideológica desde el poder y los medios contra todo tipo de patrocinio estatal, en especial si la mayoría de las películas premiadas sigan siendo celebradas por la crítica y festivales, pero no tienen igual acogida del público.

Lo que ha crecido en sobremanera este año también es ese cine independiente auto-gestionado, de inversión personal, un grupo de cineastas que, aunque algunos digan lo contrario, sí busca estrenar sus películas y están en ese proceso de encontrar caminos alternativos. Sino no tendría sentido que un Juan Daniel F. Molero o un Raúl del Busto hayan postulado a concursos de distribución: hay una necesidad del cine en general de exhibirse y solo el Estado puede hacerlo posible, hasta que no encontremos otra forma. «La Espera», documental de Fernando Vílchez logró repartirse gratuitamente en copias de DVD con el Diario La República, un camino que ha repetido «Hija de la Laguna» hace una semana.

Lo que se viene

suegra

Hola 2016.

A una semana de empezar el 2016, podemos entrever lo que pasará el próximo año en lo que a taquilla se refiere. Son 15 las películas peruanas que han confirmado estreno hasta el momento y de seguro muchas más empezarán a hacer anuncios con el pasar de los meses.

«Guerrero: La Película» promete ser el golazo del año en cuanto a asistencia (es por ello la apuesta más importante de Tondero), mientras que «Locos de Amor» es un experimento que se apoya en la nostalgia para ver si un musical puede funcionar por aquí. «Calichín» (comedia de fútbol con Aldo Miyashiro), «Siete Semillas» (con Cachín) y «Fiesta Z» (comedia de zombies) podrían sorprender. El panorama de terror del próximo año se mantiene incierto, ya que solo se ha recontra confirmado el estreno de «No Estamos Solos» de Daniel Rodriguez en enero.

«El Último Verano», «Infieles», «El Candidato» y «Hasta que la Suegra nos Separe» serán las propuestas que se apoyen en sus figuras mediáticas (Vania Bludau, Micheille Soifer, los Chistosos y Carlos Álvarez, respectivamente).

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Mucho ojo con el estreno de esta película que ganó el máximo galardón del Festival de Rotterdam.

Como ya mencionamos, «Videofilia (y Otros Síndromes Virales)» y «La Última Noticia» ya aseguraron sus estrenos gracias al premio del Ministerio de Cultura, pero quedan «Rosa Chumbe», «Solos», «La Hora Azul» y «La Última Tarde» que de seguro tentarán por el mismo incentivo, ya que sin él es muy difícil que lleguen a los cines.

Todo apunta a que el 2016 será un año en el que se mantenga este supuesto «auge de cine peruano» y que cerremos con por lo menos 20 títulos en cartelera comercial. Lo que queda ver es si las cifras de recaudación empiezan a desalentar a los inversores y si en un par de años esta burbuja explota sin remedio. Espero muy sinceramente que no. Y que lleguen mejores películas, siempre.

Fuentes: Box Office Mojo, DAFO y cifras proporcionadas por las mismas distribuidoras. Gracias a Cinencuentro por compartir entrevistas con Isaac León Frías, Christian Wiener y Ricardo Bedoya, las cuales ayudaron a formar este artículo.

En Cinta

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