Las 12 mejores películas de terror del siglo (hasta el momento)

Escribe: Alberto Castro (@mczorro)

Si hablamos de terror, las primeras películas que se nos vienen a la mente son los clásicos «El Exorcista», «Halloween», «La Masacre de Texas», «Poltergeist», «La Profecía», «El Resplandor» o «El Bebé de Rosemary», títulos cuyos personajes y escenas ya forman parte del imaginario cultural y los cuales sentaron las bases de lo que significa asustar/inquietar/perturbar en el cine. Y si bien muchas películas de terror desde entonces solo se han dedicado a replicar estas fórmulas y modelos, también nos encontramos con aquellas películas que plantean giros distintivos o lecturas innovadoras de un género tan viejo como el cine mismo.

Estas son las mejores películas de terror del siglo (hasta el momento, claro), títulos ideales para acompañar nuestras pesadillas en este fin de semana de Halloween.

YAPAS: «Pulse» de Kiyoshi Kurosawa, «El Exorcismo de Emily Rose» de Scott Derrickson, «El Pacto» de Nicholas McCarthy, «Siniestro» de Scott Derrickson, «Arrástame al Infierno» de Sam Raimi, «You’re Next» de Adam Wingard, «Babadook» de Jennifer Kent, «El Ojo» de los hermanos Pang.

12. «El Conjuro» (The Conjuring, 2013) / «La Noche del Demonio» (Insidious, 2010) de James Wan

James Wan debe ser el máximo representante del terror comercial contemporáneo. Brutal su habilidad para generar atmósferas malsanas, para darles identidad a los espacios físicos y dominar el arte de los jump-scares. Gracias a él, Jigsaw y Annabelle ya forman parte de la cultura popular de terror de los últimos años. Ah, y esta canción es la cereza de la torta.

11. «La Niebla» (The Mist, 2007) de Frank Darabont

Basada en la mítica novela de Stephen King, esta película prefiere no presentarnos a esos monstruos que acechan ocultos en la niebla fuera del supermercado, sino que el horror está en el hombre mismo cuando se ve obligado a convivir en un contexto asfixiante y a hacer cualquier cosa para sobrevivir. Final de antología, la representación máxima de la impotencia y desolación.

10. «Los Otros» (The Others, 2001) de Alejandro Amenábar

Del I see dead people de «El Sexto Sentido» al We’re dead people de Amenabar. Si bien el giro final ha sido spoileado para todo aquel que no ha visto la película, la residencia misma es un personaje que nos plantea una fina línea entre la realidad y lo sobrenatural.

9. «28 Días Después» (28 Days Later, 2002) de Danny Boyle

Lo mejor que ha dirigido el británico (junto con «Sunshine» y «Trainspotting»), una reinterpretación del universo zombie con una epidemia que infecta a la gente y la vuelve hambrienta de sangre y carne. De paso, aprovecha para presentarnos Londres como nunca antes la habíamos visto.

8. «El Orfanato» (2007) de J.A. Bayona

1, 2, 3, toca la pared y el niño con un costal que le cubre la cara han aparecido en varias de nuestras pesadillas. Pero no es solo el terror lo que hace memorable a esta película: es su sentido de fantasía casi de fábula, con un final que más que hacernos saltar o gritar del miedo, puede convocar una lagrimita al ojo.

7. «La Cabaña en el Bosque» (The Cabin in the Woods, 2012) de Drew Goddard

La típica premisa del grupo de jóvenes que termina en una cabaña en el bosque y se encuentra con la muerte, subvertida con un experimento de cuasi-reality show y ruinas antiguas de los dioses del horror que sentaron las bases del género. Meta-terror mezclado con comedia negra avispada.  Nerdgasm con todas las referencias de la película.

6. «El Descenso» (The Descent, 2005) de Neil Marshall

Más allá del intrínseco horror de un grupo de mujeres atrapadas en plena expedición dentro de una gran cueva en la que habitan seres carnívoros, la película se supera en retorcida cuando son estas mismas protagonistas (cuya relación hemos explorado desde fuera de la cueva) las que terminan haciéndose daño entre ellas. Hacia el final, todo vale para sobrevivir.

5. La saga «REC» (2007 – 2014) de Jaume Balagueró y Paco Plaza

Se estrenó en el mismo año de «Actividad Paranormal», pero me parece una mucho mejor representante de la última ola de películas que recurren al found footage o falso documental. Y es interesante cómo la saga ha logrado diferenciarse en sus secuelas: la segunda explotó sus costados estéticos, la tercera se aventuró por la comedia costumbrista. De la cuarta mejor olvidarse.

4. «It Follows» (2014) de David Robert Mitchell

Si John Carpenter y Sofia Coppola hubieran parido un hijito de terror, este sería el resultado. No solo es fascinante la premisa del monstruo que no deja de perseguirte a pie, un ente que puede cambiar de rostro y forma a su antojo, sino que somos cautivados por el distintivo retrato de un grupo de adolescentes en pleno despertar sexual y en plena forja de la identidad (ese tránsito reflexivo fuera de los suburbios debe ser lo mejor de la película). La banda sonora es un lujo.

3. «The Host» (2006) de Joon-ho Bong

Joon-ho Bong es uno de los directores surcoreanos más interesantes en actividad, uno que empezó su carrera apenas la década pasada (tienen que ver «Crónica de un Asesino en Serie», «Mother» y «Snowpiercer», por favor). El monstruo en el centro de la película la integra al género de horror, aunque sus reflexiones y tono irónico sobre la sociedad surcoreana, los entes gubernamentales, la burocracia y demás, la hacen una película de «terror» poco convencional. De visión obligatoria.

2. La saga de «La Maldición» (Ju-On, 2000) de Takashi Shimizu

De la ola de terror oriental, esta y la versión original de «El Aro» (que es de 1998, por lo que no califica para este listado) son las que más me gustan. Esta saga gira alrededor de las llamadas maldiciones de resentimiento o rencor (en inglés, grudge curse), presentándonos el caso de Takeo Saeki, un hombre que asesinó a su esposa, hijo (y gato) al enterarse de que la mujer estaba enamorada de otro. Esta muerte llena de rabia hace que los espíritus de toda la familia se queden atrapados en el domicilio. Jamás podré sacarme de la cabeza la imagen de pequeño Toshio y sus maullidos.

1. «Déjame Entrar» (Let the Right One In, 2008) de Tomas Alfredson

Esta es una de mis películas favoritas de la vida. Oskar es un chico retraído que pasa sus días imaginando cómo imponerse ante los compañeros de clase que lo molestan constantemente. Hasta que un día conoce a Eli, una niña igual de solitaria de la cual se enamora. Pero ella oculta un peligroso secreto: es la vampira responsable de una serie de desapariciones y muertes en el suburbio sueco en el que viven. Se trata de una película de terror que se inclina hacia el drama con toques de romance, es verdad, pero no se equivoquen: hay harta sangre en el camino y una maldición disfrazada de amor y teñida de muerte. Y la escena de la piscina es una de las mejores de la historia del cine de terror.