En Cinta Domingo, 5 julio 2015

CRÍTICA: ¡Pixar lo hizo de nuevo! «Intensa-Mente» es su más reciente joyita animada

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Escribe: Rodrigo Bedoya (@Zodiac1210)

Los mejores momentos que nos ha regalado el cine de Pixar se basan en encontrar la épica de lo cotidiano, en esas historias comunes y corrientes que adquieren una dimensión sorprendente, convirtiéndose en retos, aventuras y misiones que sacar adelante contra todo. «Toy Story» y sus secuelas, «Los Increíbles», «Cars» y «Ratatouille», entre otras, son filmes que aterrizan su fantasía en la aventura y hacen de lo más común y, acaso, de lo más desechable (unos carros viejos, unos juguetes usados, una rata amante de la cocina) seres con un aliento épico a prueba de balas.

“Intensa-Mente” es una prueba más de la capacidad de la casa de animación para generar mundos increíbles y emocionantes a partir de elementos que resultan, a priori, poco dados para la aventura. En este caso, la cinta nos lleva dentro de la mente de una niña llamada Riley, que debe afrontar una situación complicada: dejar su casa en Minesotta para ir a vivir en una ciudad grande como San Francisco. Y, en su cerebro, los cinco componente que deben equilibrar su personalidad (Alegría, Tristeza, Desagrado, Miedo y Furia) trabajan para hacer de la experiencia lo menos traumática posible. Pero la misión de estos seres se complicará cuando Alegría y Tristeza se alejen de la base central del control de emociones, haciendo que la chica se vaya sumiendo en una depresión que hará peligrar todo.

La película es, básicamente, el recorrido de Alegría y Tristeza para llegar de vuelta a la base. Recorrido que está lleno de peligros y que incluye el lugar donde se guarda la memoria a largo plazo, el set de cine donde se construyen los sueños, el mundo de la imaginación y el abismo de las memorias olvidadas, entre otros.

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De pronto, la película nos muestra la mente como si fuera un enorme parque de diversiones, donde aquello que resulta más cálido tiene siempre un contrapeso peligroso y, acaso, perverso, como ese terrorífico payaso que inunda las pesadillas de Riley (y de todos). Pixar consigue que elementos abstractos (la imaginación, el sueño, el equilibrio emocional o el olvido) adquieran una dimensión lúdica y se materialicen en espacios que implican retos para los personajes y la misión que deben completar.

Por eso, lo que importa en “Intesa-Mente” es la acción pura y dura, el movimiento, la capacidad de los personajes para aprovechar ese mundo que varía y cambia en todo momento, así como cambiantes son los sueños y las ideas. Las mejores películas de Pixar aprovechan los universos en los que se ubican (ya sea el París de “Ratatouille”, el espacio en “Wall E” o el quemador de basura en “Toy Story 3”) para crear con ellos un mecanismo que tiene una vida propia que resulta desafiante. Pixar no crea solo muñecos con vida o animales parlantes: los mismos espacios en los que se mueven esos seres tienen una dinámica viva, que tiene tanta fuerza como los personajes mismos. Y quizá “Intensa-Mente” sea la cinta en la que mejor se percibe ese estilo: los espacios que recorren los personajes tienen el peso de una selva inexpugnable en una buena película de aventuras.

“Intensa-Mente”, por eso, es un homenaje a la acción, al movimiento y a la capacidad del cine para sorprender y deslumbrar. Pixar lo hizo de nuevo.


ALBERTO CASTRO (@mczorro) AÑADE:

«Intensa-Mente» es una compleja radiografía (animada) de lo que significa madurar, el doloroso paso a la pubertad, el cambio como motor de vida, la tristeza como el camino ineludible hacia la felicidad. Sí, solo Pixar podía materializar ideas tan grandes en una historia bastante lineal y sencilla, una que sabe llevar al espectador de la risa a la lágrima, y de vuelta.

Y solo Pixar podía ser lo suficientemente sesudo como para no juzgar a sus personajes (la protagonista sucumbe al robo en una escena crucial de la película) o tropezar en moralejas simplonas y demasiado servidas: el estudio prefiere adentrarse en los conflictos que llevan a cada personaje a su respectivo momento de fragilidad. Duele tanto reconocerse en algunas tomas de decisiones, en tantos triunfos como pérdidas.

Estamos ante uno de los mejores estrenos del año por ser una propuesta tan colorida y divertida, tanto como reflexiva y dura. Ah sí, y la música que compone Michael Giacchino para esta aventura animada ya pasó a la historia.

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