¿Qué podemos esperar de «Jurassic World»?

Escrito por: Rubens Juárez (@rubensyyo)

«Jurassic Park» (1993), la revolucionaria obra de ciencia ficción de Steven Spielberg, fue un milagro cinematográfico: una banda sonora que erizaba la piel, un diseño de dinosaurios nunca antes visto, efectos visuales que aún hoy lucen impecables, personajes que -a pesar de ser estereotipos puros- resultan encantadores, un correcto balance entre la aventura y el humor. Todo eso que enamoró a una generación. ¿Cuántas probabilidades hay de que las cosas vuelvan a salir bien? Y es que cuando se trata de secuelas, reboots o reinterpretaciones de viejos clásicos, siempre hay lugar para el escepticismo.

El martes pasado, Universal Pictures soltó el primer trailer de «Jurassic World», la cuarta entrega de la franquicia, y se desató la histeria en las redes sociales. Solo para poner un ejemplo: el trailer de «Star Wars: The Force Awakens» llegó al millón y medio de visitas a 6 horas de su lanzamiento; el de «Jurassic World» alcanzó los tres millones y medio en 3 horas. Hoy supera los 36 millones de reproducciones. Sí, podemos imaginar que arrasará con la taquilla en su estreno, pero ¿estará a la altura del clásico que cautivó a toda una generación? ¿Qué podemos esperar de esta nueva secuela casi-reboot? Analicemos el trailer.

El adelanto comienza con una madre modelo (Judy Greer) que envía a sus dos hijos (Nick Robinson y Ty Simpkins, el loquillo de «Insidious») a un parque temático cuya atracción principal son dinosaurios reales. Esta escena pinta muy bien por dos razones. Primero, por la cuota de humor («Y recuerda: si algo te persigue… ¡corre!») que vuelve como parte de la receta mágica. Y segundo, porque es una manera inteligente de contarnos que el parque con el que soñaba el Dr. John Hammond ya es una realidad, e incluso es noticia de ayer. Ya nadie se escandaliza demasiado o teme de más. Hablamos del parque temático más seguro del mundo, uno en busca de nuevas atracciones que jalen más público, aunque a eso llegaremos luego.

La secuela le rendirá homenaje al fallecido Richard Attenborough.

Avanzamos y vemos un parque algo futurista en todo su esplendor, con su propio monorriel, observatorio de vida submarina y mucho, mucho merchandising. Todo gira en torno a los dinosaurios, por lo que en lugar de una ballena orca haciendo piruetas en el delfinario, encontraremos un Mosasaurio gigante alimentándose de indefensos y casi extintos tiburones blancos (sutil guiño al «Tiburón» de 1975).

Es jugoso el subtexto que propone: allí está el hombre otra vez, creyéndose todopoderoso, explotando a la naturaleza a su antojo para entretenerse y hacerse rico. También quedan al descubierto algunas ridiculeces del mundo moderno: en un parque con dinosaurios cuya entrada debe haber costado una fortuna, ¿observas el show a través de la pantalla de un smartphone? Mereces todo lo que te va a pasar en esa isla.

Lista de atracciones que promete el nuevo Parque Jurásico.

Despúes de la presentación de este mundo ordinario, nos enteramos que Bryce Dallas Howard no se ha quedado tranquila con ingresos monetarios del parque y que ha creado quién sabe qué criatura. Hay que saciar el hambre de las masas, que no se cansa y siempre pide más. Como no podía ser de otra forma, no han podido controlar al animal y se desata el desmadre.

Según los datos filtrados, se trataría de una tiranosaurio con ADN de velociraptor, serpiente y calamar. Sí, tal cual. El mutante jurásico llevaría el nombre de Diabolus Rex (D-Rex), sería súper inteligente, tendría brazos más largos, la capacidad de desencajar su mandíbula como las serpientes y su piel cambiaría de color para camuflarse, como sucede con algunos calamares en el fondo del mar. ¿Aterrados?

Esto huele a otra cosa, no es el mismo «Jurassic Park» que conocíamos. Lo cual podría resultar en una aventura emocionante como desastrosa. Pero mantengamos la calma: si somos rigurosos, los dinosaurios de la cinta original también estaban alterados genéticamente (con ADN de rana). Solo queda esperar que este nuevo dinosaurio no desentone tanto. Por cierto, se filtraron algunas fotos del merchandising que se prepara para la película, que podrían darnos luces de la apariencia del misterioso D-Rex. Igual hay que tomar en cuenta que son prototipos de juguetes.

Ahora, muchos se han arañado el rostro por los efectos visuales inacabados que propone el trailer. Hay que entender que faltan todavía seis meses de post-producción antes de ver el resultado final en pantalla gigante. (Aquí un comparativo de lo que sucedió con los efectos especiales inacabados del trailer de «El Hobbit», por ejemplo). Aparte que Spielberg ha confirmado que seguirán utilizando animatronics para esta franquicia, a cargo de Legacy Effects, el estudio de efectos especiales que se fundó con los creativos del legendario Stan Winston, luego de su muerte.

También han prometido hartas escenografías reales. Se ha confirmado que la toma del portón evidentemente digital, lo más criticado del adelanto quizás, no se utilizará en la película, sino que se ha grabado en una locación real diseñada para el filme. Una que nos creará un nudo en la garganta al remitirnos al portón de la película original.

Hay algo que sí ha cambiado un poco, aunque muy poco felizmente: la música. John Williams no estará presente como en las dos primeras películas, sino que es Michael Giacchino (el genio versátil detrás de la música de «Lost», «UP», «Los Increíbles» y «Ratatouille») quien toma la batuta. Ha prometido hacerle un homenaje el trabajo de Williams, pero a la vez intentar algo nuevo y atrevido. En el adelanto podemos escuchar la versión ralentizada en piano del tema original. Y nos puso la piel de gallina.

Luego de la aparición del logo de la película, creímos que el trailer se acababa sin mostrar ni siquiera la punta de la cola de un T-Rex. Y de pronto, nos asalta una última secuencia. Un grupo de velociraptores son liberados cual caballos de carrera y van detrás de Chris Pratt (el nuevo favorito de la industria), no para desmembrar su cuerpo, sino que se le unen como si se tratara del macho alpha de una mega cool manada. Lo único seguro aquí es que se trata la escena nerd-erótica más épica del momento.

Colin Trevorrow, director casi novato que se dio a conocer en el circuito independiente con «Safety Not Guaranteed», tardó pocas horas en salir a aclarar vía Twitter que los velociraptores de su película no estarían completamente adiestrados y que la secuencia adquirirá sentido cuando la veamos en contexto. Sin embargo, se sabe que el personaje de Pratt tiene cierto control sobre estos animales. ¿Cómo lo sabemos?

El trailer de «Jurassic World» tenía previsto estrenarse el 27 de noviembre (en medio de las celebraciones de Acción de Gracias), pero el lunes se filtraron algunas secuencias, lo que gatilló la decisión de adelantar el lanzamiento. Ahora, el material filtrado sigue online y podemos ver allí escenas inéditas. Las más importantes: Pratt intenta persuadir a un par de velociraptores de no atacar a un colega suyo, comprobamos la presencia de los añorados Brachiosaurios en el paseo de la Giroesfera, BD Wong (el único del casting original que vuelve a la franquicia) nos confirma que el híbrido se ha creado a partir de un T-Rex y vemos secuencias de acción con el dinosaurio mutante en cuestión, aunque la calidad de las imágenes no nos permite distinguir bien su apariencia.

¿Qué más sabemos?

«Jurassic World» es una secuela que quiere respetar a los dinosaurios de la saga original, pero al mismo tiempo se presenta como un reboot (reinicio), el comienzo de una nueva franquicia, con una dirección distinta. Ojo que el proyecto de relanzar la saga está desde el 2011, luego de la decepción que resultó ser la tercera entrega. La idea era olvidarse de la trilogía original y empezar de cero. Hasta incluyó dinosaurios humanoides en cierto momento.

Sí, nos salvamos de esto.

Felizmente Colin Trevorrow y Derek Connolly, cabezas del proyecto, prefirieron regresar a las raíces de la marca para a partir de ello buscar nuevos horizontes. Es por ello que muchos de los planos del adelanto nos remiten directamente a escenas del clásico de 1993.

Como bonus track, si visitan la web de la ficticia Corporación Masrani, la nueva dueña del parque, podrán notar que en la sección de noticias se menciona una expedición a Siberia, donde se pretende descubrir nuevas especies prehistóricas. Este detalle confirma un rumor que apareció hace pocas semanas: la secuela de «Jurassic World» se desarrollará en la nieve. De hecho, Colin Trevorrow ha declarado que esta película ha sido pensada junto a su(s) secuela(s), ya que pretende que esta posible nueva trilogía tenga un solo arco argumental que pueda leerse como una historia completa. Quiere algo menos arbitrario y episódico. Todo dependerá de cómo le vaya a esta primera cuarta parte.

Igual, nos mantenemos optimistas con lo que plantea «Jurassic World» hasta el momento. Ojalá que cuando llegue su estreno el 11 de junio del próximo año, nos haga sentir como los niños que éramos hace 21 años. Ojalá regrese la magia de Spielberg, aunque sea en manos ajenas. Y que nos haga vibrar como la gelatina verde.